El presidente de EEUU, George Bush, presentó ayer un plan para intentar frenar la cascada de ejecuciones inmobiliarias que bate récords en el país a causa de la crisis de las hipotecas subprime . Según el acuerdo entre el Gobierno federal y los bancos y empresas crediticias, durante cinco años se congelarán los tipos de interés de propietarios cuyas cuotas se han ido encareciendo desde que el aumento del precio del dinero pinchara la burbuja inmobiliaria.

La Casa Blanca calcula que alrededor de un millón de personas se beneficiarán del plan, que no incluirá a todo el mundo que tenga hipotecas subprime : deberán haberlas contratado desde el 2005 hasta el 30 de julio de este año, tener un riesgo crediticio razonable y demostrar que no pueden asumir el préstamo.

El plan de Bush es un punto medio entre los que reclamaban decisiones enérgicas ante la oleada de ejecuciones hipotecarias y los que querían evitar que el Gobierno se inmiscuyera en una crisis que, a su juicio, ha sido originada por malas decisiones de los compradores. Bush admitió que la crisis ha afectado a "familias trabajadoras" y recordó que ayer mismo los datos demostraban la urgencia de tomar medidas. Y es que, según la Asociación de Banqueros de Hipotecas, en el último trimestre las ejecuciones hipotecarias han batido el récord histórico en EEUU: el 0,78% de las hipotecas en el país han sido ejecutadas por impagos. El departamento del Tesoro calcula que, a finales de año, más de 500.000 familias habrán perdido sus hogares.

EFECTOS EN EUROPA El Royal Bank of Scotland (RBS), del Reino Unido, anunció ayer que su exposición a inversiones vinculadas con hipotecas subprime le costará 1.737 millones, aunque destacó que aun así tanto su resultado operativo como su beneficio por acción "sobrepasarán el consenso del mercado". El Deutsche Postbank, principal banco minorista de Alemania, informó de que la devaluación de activos relacionados con la crisis de las hipotecas será "considerablemente menor" en el cuarto trimestre que en el tercero.