En las últimas semanas se había convertido en un auténtico secreto a voces: La Caixa ha abandonado la idea de vender una parte de su participación en Repsol a la rusa Lukoil. La entidad de ahorros lo anunció ayer a través de un hecho relevante dirigido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) firmado por su director general, Juan María Nin.

Hace poco más de un mes, comunicó que vendería una parte (en torno al 6,6% del total del 14% que posee a través de Criteria y de Repinves). Eso sería si la constructora Sacyr, primer accionista de Repsol, cerraba un trato para subrogar a Lukoil el crédito de 5.175 millones de euros con el que financió la compra del 20%. Incluso se mostró dispuesta a participar en la financiación de esa operación.

La polvareda política que desató la posibilidad de que una petrolera rusa, aunque de titularidad privada, se hiciera con el 29,9% de Repsol hizo que La Caixa enfriara sus perspectivas. Las críticas no solo del PP sino dentro de las propias filas del PSOE acabaron de decidir a la caja a abandonar un proyecto del que no era protagonista.

En cambio, desde algunos ámbitos, parecían querer situarla en el centro de una polémica parecida a la que le afectó cuando se llevó a cabo la fallida opa de Gas Natural, de la que es el principal accionista junto con Repsol, sobre Endesa. Sin embargo, ahora la principal interesada en vender era Sacyr, para reducir la inmensa carga de su deuda. Para La Caixa, en todo caso, la venta de una parte de su participación accionarial en la petrolera le hubiera reportado unas grandes plusvalías, dada la antigüedad de su participación en Repsol.