Si alguien pensaba que con las fusiones anunciadas de cajas de ahorro y la reforma de la ley del sector se había terminado su reordenación, mejor que se vaya olvidando. La Caixa estima que algunas entidades no tienen capacidad para "aguantar" la actual fase baja de la economía y podrían necesitar ser saneadas con fondos públicos.

Así lo advirtió ayer el director de su servicio de estudios, Jordi Gual, para quien el Gobierno ha actuado "sabiamente", al ampliar las competencias del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Ahora podrá ayudar a entidades individuales, no solo a las que se fusionen. "Así que tranquilidad", remachó en unas jornadas organizadas por la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) en Madrid.

Gual apuntó que las pruebas de resistencia (stress test , en inglés) que se harán públicas el viernes, podrían poner en evidencia la debilidad de alguna entidad. Pero dejó claro que el sistema en su conjunto está preparado. Podría absorber una pérdida por impagos equivalente a más del 10% de sus créditos (10,6% en los bancos, 10,2% en las cajas). Más que suficiente, añadió, ya que la pérdida esperable está entre el 6% y el 7%.

Pero la banca española, alertó, no está exenta de tensiones. Hay problemas de liquidez, y la guerra por captar pasivo continuará mientras no se reestructuren las cajas. "Estamos aún lejos del nivel de concentración de los bancos", recordó. Según sus cálculos, es necesario un recorte de los costes entre el 20% y el 25%.

Las entidades de ahorro ya los han rebajado el 12%, mientras que los bancos van por un descenso de entre el 5% y el 7%, porque ya los redujeron en los años anteriores a la crisis. Otro gran problema, apuntó, es la morosidad, del 5,51%, pero que alcanza el 8,3% si se le suma los activos inmobiliarios que las entidades se han quedado para evitar el impago o cancelar la deuda.

El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, aclaró que la reforma de la ley de cajas no se debe a que no sean solventes. "No creemos que estén descapitalizadas, ni mucho menos", remachó. España, concluyó, solo puede "ganar" con la publicación de las pruebas de resistencia.

RETRASO El director del servicio de estudios del BBVA, José Luis Escrivá, lamentó que el proceso de reestructuración se haya "dilatado" y siga abierto tras tres años de crisis. "Se habla de un ciclo de cinco años para recapitalizarse, y no hay tiempo. Se va a producir un escenario de aceleración de una actuación pública contundente", vaticinó.

Un mensaje claramente destinado al Banco de España y al Gobierno. "Hay que eliminar las manzanas podridas de la fuente, porque, si no, se puede estropear", instó.