La Caixa obtuvo unos beneficios de 1.020 millones de euros (169.714 millones de pesetas) el año pasado, lo que supone un aumento del 21,4% con respecto al 2003. Los resultados se apoyan tanto en la rentabilidad de sus inversiones industriales como en el negocio clásico bancario.

Su cartera de empresas participadas le ha procurado unos ingresos de 1.563 millones, a través del cobro de dividendos y de la llamada puesta en equivalencia, un 32% más que el año anterior. La Caixa, que vendió la mayor parte de su participación en el Deutsche Bank el año pasado, amplió sus participaciones en Gas Natural (2,2%), Telefónica (1,5%) y Abertis (2,9%).

El conjunto de las participaciones en sociedades que cotizan tenía un valor a 31 de diciembre pasado de 16.208 millones, con unas plusvalías latentes --ganancias en caso de venta-- de 6.381 millones. La cartera de más valor es la de Repsol --2.114 millones--, seguida de Gas Natural --1.957-- y de Telefónica --1.488--.

PRESENCIA INDUSTRIAL La participación de La Caixa en las principales industrias españolas ocupó una buena parte de la presentación de los resultados anuales de la entidad. Su presidente, Ricard Fornesa, no eludió responder las preguntas sobre las relaciones con el Gobierno y las motivaciones del cambio en la presidencia de Repsol.

"Desde que llegué a la vicepresidencia de la petrolera --dijo-- manifesté el deseo de La Caixa de, como primer accionista, tener mejor representación en el consejo, y se nos negó. Siempre hemos tenido la mejor opinión de Alfonso Cortina, la prueba es que preside Inmobiliaria Colonial, de la que La Caixa tiene un 40%. Pero queríamos incidir en la gestión de Repsol".

Tras negar que la entidad catalana participe en ninguna operación de asalto a otras compañías, su presidente se mostró a favor de que las empresas españolas privatizadas se mantengan vinculadas a capital nacional, en la línea de lo que en su día defendió el vicepresidente Pedro Solbes en relación al conflicto originado por el intento de Sacyr de entrar en el capital del BBVA. "La españolidad no se puede forzar, aunque soy partidario de mantenerla. Ocurre en todos los países. En el Reino Unido, por ejemplo. Puede pasar con un banco que ocupa el cuarto o quinto puesto en la clasificación, pero no con el primero", dijo en clara alusión a la compra del Abbey Bank por parte del SCH.

El presidente de La Caixa no es partidario de que vuelva a modificarse la normativa legal que regula a las cajas de ahorros, aunque reiteró su viejo mensaje a los partidos políticos de que cuenten con él si lo que desean es reducir la presencia de representantes de las administraciones en estas entidades.

MENOS GASTOS El margen de intermediación, que mide la salud del negocio bancario clásico, mejoró un 9,1%: Los ingresos financieros sólo aumentaron un 0,3%, pero los gastos financieros se redujeron en un 3,9%.

Los recursos de los clientes administrados a través de las cuentas corrientes han crecido un 11,9% y a través de las libretas de ahorro lo han hecho en un 11,4%. La Caixa ha conseguido incrementar el 26,5% los depósitos a plazo. Isidre Fainé, el director general, explicó que en cada minuto de horario laboral la caja hace ocho clientes nuevos y pierde tres.

Sólo el 21% de las operaciones realizadas por La Caixa se hacen a través de oficina. Los cajeros hacen un 20%, mientras que por internet pasa un 18%; y el 41% restante se cuadra de forma automática.