Ni la situación política de Cataluña, ni los tipos de interés negativos (euríbor) consiguieron impedir que Caixabank obtuviera en el 2017 un resultado récord de 1.684 millones, un 60,9% más con respecto al 2016, lo que supone el mayor beneficio anual en la historia de la entidad financiera. El resultado en España, donde concentra la mayor parte de su negocio, alcanzó igualmente cifras no vistas con anterioridad: 1.508 millones, un 44,1% más que en el 2016.

«En cuanto tomamos la decisión de cambiar la sede social de Cataluña a Valencia el flujo de salida de fondos se paró», explicó Jordi Gual, presidente de Caixabank, en relación a la decisión adoptada por la entidad de mudar su sede social y la fiscal a otra comunidad autónoma. «El esfuerzo que tuvimos que hacer durante el mes de octubre (para frenar la salida de fondos) fue muy duro», admitió Gual durante la presentación de los resultados del 2017.

El primer banco en España en el mercado minorista argumentó aquella decisión: «La entidad tenía que defender la seguridad jurídica y la continuidad de su actividad». Y, eso, añadió, «tuvo efecto el lunes siguiente de aprobar el cambio, cuando se revertió la situación». Insistió, así pues, en que la decisión fue acertada, dada la situación que se generó. Lo que no impidió que en el cuarto trimestre del año se produjera un balance negativo en la evolución de los fondos de clientes (700 millones menos), aunque en el conjunto del año, el balance es a favor en más de 10.000 millones de euros.