Las cajas de ahorro con necesidad de fusionarse pero que se han ido desmarcando de varias de las operaciones en marcha anunciaron ayer que han iniciado "conversaciones" para crear un Sistema Institucional de Protección (SIP), el instrumento conocido como fusión fría . El proceso lo lidera Caja Madrid, la segunda entidad de ahorro tras La Caixa, que ayer mismo anunció, a su vez, que ultimaba un acuerdo con Caixa Girona para absorber a la entidad gerundense.

La institución madrileña está inmersa en un exigente proceso de gestión de la morosidad y reforzamiento de la solvencia. No precisa de una unión, pero ha apuntado repetidamente su intención de protagonizar fusiones. Y el Banco de España le tenía reservado el papel de hacerse cargo de las entidades que quedasen descolgadas.

Mientras, en los medios financieros catalanes se tenía la certeza ayer de que la integración de las cajas catalanas es una verdadera operación de rescate a la que ha accedido la primera caja del país --La Caixa-- para contribuir de forma directa al proceso de concentración y racionalización del sector. La absorción no le aporta desde ninguno de los puntos de vista. Los responsables de La Caixa se habían referido en alguna ocasión a que sus objetivos no pasaban por movimientos dentro de España, sino que trabajaban en la expansión internacional. Nunca rechazaron, sin embargo, la posibilidad de contribuir al proceso.

CREACION DE OTRA ENTIDAD El proceso de fusión de Caja Madrid, institución presidida por Rodrigo Rato, es más complejo, ya que la caja madrileña ha dado los primeros pasos para integrarse con Caixa Laietana --que rompió hace meses sus conversaciones con la entidad catalana Caixa Penedès--, Caja Segovia y Caja Avila --que rechazaron unirse al SIP dirigido por Caja Navarra-- y Caja Rioja y Caja Insular de Canarias (que estaban en contacto con la andaluza Cajasol).

La figura del SIP permite a las cajas consolidar sus cuentas, integrar sus políticas de riesgo y financiación, y mejorar sus niveles de solvencia y liquidez. Pero al tiempo mantienen su personalidad jurídica, actividad comercial, marca, oficinas y gestores. Es decir, mantienen su individualidad dentro del conjunto.

La ventaja de este sistema es que no genera oposición del Gobierno autonómico, pues no pierde su tutela sobre la entidad. Sin embargo, ha generado polémica que la figura central que se está imponiendo en las fusiones frías sea un banco cuyo capital sea propiedad de las cajas. Hay quien ve en ello riesgo para su naturaleza semipública.

Fuentes de Caja Madrid confirmaron que esperan cerrar la operación antes del 15 de junio, fecha tope fijada por el Banco de España. No descartan, además, que se sumen otras entidades.

El grupo resultante tendrá un activo de unos 227.000 millones de euros, apenas 50.000 millones menos que el de La Caixa tras integrar a Caixa Girona, con lo que Caja Madrid recortará a la mitad la distancia que le separa de la líder del sector. Además, contará con 2.975 oficinas y más de 19.000 trabajadores.

NEGATIVA Caixa Girona había rechazado participar en las otras dos fusiones que se han realizado en Cataluña. Primero no quiso entrar en la de las cajas públicas, Caixa Catalunya --Catalunya, Tarragona y Manresa-- y luego rechazó participar en la que ha dado lugar a Unnim --Terrassa, Sabadell y Manlleu--.