La unión liderada por Caja Madrid y Bancaja estudia reducir en un 13 por ciento la plantilla total del grupo resultante e intentar hacerlo a través de prejubilaciones, lo que afectará a unos 3.400 empleados de casi 26.000, según fuentes financieras conocedoras de la operación.

La nueva sociedad, que nacerá de la alianza bajo un Sistema Institucional de Protección (SIP) entre las dos grandes cajas con la Insular de Canarias, Caixa Laietana y las de Ávila, Segovia y Rioja, tiene previsto también reducir el número de sucursales en algo más de 500, lo que viene a ser el 12% de su red total. Las mismas fuentes explicaron que el ajuste, tanto en el número de oficinas como en la plantilla, afectará principalmente a Caja Madrid y Bancaja, por las dimensiones de ambas entidades.