Las cajas de ahorros españolas temen que, de no mediar una reforma legal urgente, los procesos de fusión virtuales de esas entidades, el conocido como Sistema Institucional de Protección (SIP), puede dar origen a la creación de estructuras bancarias en lugar de cajas. Por esa razón, los presidentes de las cajas españolas, reunidos ayer en Madrid, solicitaron que aborden reformas que puedan redundar en "una más práctica y más efectiva reestructuración de aquellas cajas que lo consideren oportuno". Estas reformas, en todo caso, debería producirse antes incluso de la revisión de ley orgánica de cajas de ahorros (LORCA) en lo que se refiere a la revisión del modelo corporativo --los órganos de gobierno-- de las cajas anunciada por Zapatero.

En la reunión de ayer, el presidente de la CECA, Juan Ramón Quintás, planteó que los SIP --integración operativa de cajas que no implica, sin embargo, su fusión-- "puedan adoptar la forma jurídica de una caja de ahorros". Las cajas consideran que los mecanismos que se están utilizando para estructurar estos instrumentos merecen una revisión, principalmente "el hecho de que los procesos de integración parecen requerir la interposición de un banco". La patronal de las cajas, no obstante, considera negativa la utilización de bancos, "porque supone una confusión jurídica, una confusión de las marcas y puede constituir el primer paso para la desnaturalización del sector de las cajas", como ya ocurrió en Italia, donde los bancos pudieron hacerse con el control de estas entidades. La CECA teme que las cajas puedan acabar en manos de los bancos en un entorno cada vez más hostil, y en el que se ven abocadas a procesos de integración.

La CECA, además, plantea que las cajas SIP cuenten con la autorización del Banco de España para quedar al margen del régimen general de la LORCA en cuanto a la composición de los órganos de gobierno, de manera que primen los protocolos y acuerdos firmados por las cajas participantes.

LA REPRESENTACION La ley establece que los órganos de gobierno deben contar con la representación de los grupos que constituyen la asamblea, pero esa circunstancia es difícil de trasladar a la SIP. Las cajas proponen que los ejecutivos de las cajas decidan quién representa a las cajas, pero el Banco de España opina que la estructura de la sociedad debe ser la de caja, banco o establecimiento financiero de crédito. Esta última figura, ya adoptada por alguna SIP, no permite captar depósitos, lo que dificulta la actividad donde no tienen implantación.