La Casa Blanca reconoció hoy que el escándalo que rodea al presidente del Banco Mundial (BM), Paul Wolfowitz, es un "episodio que ha magullado" a la institución y podría afectar su integridad. Un informe elaborado por un panel investigador del organismo concluyó el lunes que Wolfowitz violó las normas al decretar un abultado incremento salarial para su compañera sentimental, Shaha Ali Riza, una funcionaria del BM.

"Este ha sido ciertamente un episodio que ha magullado al Banco y hay que encontrar una forma para mantener la integridad de la institución", aseguró el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow. Añadió, que la búsqueda de esa fórmula implicará que "es necesario discutir (todas las opciones). Eso es lo que uno hace normalmente".

Las nuevas declaraciones de la Casa Blanca llegan un día después de que Snow señalase que "todas las opciones están abiertas" sobre quién debería de dirigir el Banco. Snow insistió hoy en que ese comentario no implica que la Casa Blanca haya disminuido su apoyo a Wolfowitz. "Lo respaldamos, tenemos confianza en él", destacó el portavoz.

Wolfowitz sostiene que actuó de buena fe al fijar las condiciones laborales de su pareja y pidió el martes a los 24 miembros del Consejo que sean "justos" al tomar una decisión sobre su futuro. El órgano directivo mantiene hoy una reunión para analizar cómo actuar en el tema y prevé emitir un comunicado sobre la controversia al final del día.

A la espera de una decisión

El Consejo podría pedir a Wolfowitz que dimita, expresar un voto de no confianza o adoptar alguna medida para reprenderlo. Wolfowitz insistió el martes en que actuó a instancias del Comité de Ética del BM al decidir un ascenso y un incremento salarial para su novia y señaló que sus decisiones "no justifican" que se adopte ninguna medida contra él o el Banco pierda confianza en su liderazgo.

Un panel investigador señaló el lunes que el Consejo Ejecutivo, integrado por 24 directores que representan a los 185 países miembros de la entidad debe decidir si Wolfowitz "será capaz de ofrecer el liderazgo" necesario para asegurar que el Banco lleve adelante su misión. Riza trabajaba para el Banco Mundial cuando Wolfowitz asumió la presidencia en junio del 2005.

Tres meses después fue transferida al Departamento de Estado para evitar un conflicto de interés, aunque permaneció en la nómina del Banco Mundial. Su salario pasó de casi 133.000 dólares a 180.000 y con la primera revisión anual su retribución alcanzó los 193.590 dólares, más de lo que cobra la propia secretaria de Estado de EEUU.

El panel investigador concluyó que el aumento que Riza percibió a instancias de Wolfowitz "superó el rango" estipulado por las normas de la institución. Los países europeos son los que más han abiertamente han defendido la salida de Wolfowitz del Banco Mundial.