France Telecom, así como Renault o Peugeot-Citröen, no son las únicas que tienen que lamentar suicidios de sus asalariados en los últimos tiempos. En el parque de atracciones de Eurodisney, al este de París y con una plantilla de 15.000 trabajadores, ha registrado dos casos en los últimos dos meses. El primero ocurrió el 21 de febrero. Rabii H., de 30 años, se quitó la vida en una estación cercana al parque cuando volvía del trabajo. Antes había presentado una denuncia por "persecución moral" y había estado de baja por depresión. El 26 de marzo fue el turno de Franck N., jefe de cocina desde hacía 10 años. Un familiar dijo haber encontrado inscrita en la pared la frase: "No quiero volver a la casa de Mickey". Los sindicatos exigen un cambio de trato.