CCOO y UGT acusaron ayer a las organizaciones empresariales de querer dinamitar el diálogo social. A juicio de estos dos sindicatos, las pretensiones de congelar salarios, abaratar el despido o evitar el control público de los expedientes de regulación de empleo pueden provocar un gran problema social, máxime cuando se pide que legisle el Gobierno si no hay acuerdo entre las organizaciones patronales y las sindicales.

El líder de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, dijo que muchas declaraciones que están haciendo los últimos días destacados responsables empresariales tienen como "objetivo provocar un gran conflicto social". En su opinión, algunos medios de comunicación y algunas grandes empresas "están dando por amortizado" el diálogo social, entendiendo que las negociaciones no van a dar como resultado "lo que ellos desearían" para el mercado laboral.

Por su parte, el secretario de Acción Sindical de la UGT, Antoni Ferrer, calificó de "aberración" la pretensión patronal de congelar los salarios porque agravaría la crisis de consumo. Según dijo, recortar los derechos de los trabajadores "fracturará más la sociedad española y, por ello, UGT dará la batalla contra las ideas que subyacen tras esos planteamientos". Su sindicato planteará alternativas para "recuperar el valor del trabajo, con derechos, en igualdad, con seguridad, trabajos de calidad en suma".