La Comisión Europea avaló hoy la decisión del fabricante alemán de coches Opel de cerrar su planta en Amberes (Bélgica) al considerar que el plan de reestructuración elaborado por su matriz, General Motors (GM), responde a criterios comerciales y no a condiciones políticas, como la concesión de ayudas. El Ejecutivo comunitario ofreció ayudas del Fondo de Ajuste a la Globalización para recolocar a los trabajadores de la factoría. "Sobre la base de la información de General Motors, hemos concluido que lo que pretenden hacer se basa en criterios comerciales y no está influido por consideraciones no comerciales", explicó el portavoz de Competencia, Jonathan Todd. No obstante, aclaró que la Comisión sólo ha examinado el borrador inicial del plan de reestructuración de Opel y no ha recibido información adicional desde principios de diciembre de 2009. GM se ha comprometido a remitir la versión final del plan antes de llevarlo a la práctica.

El portavoz explicó además que ningún Estado miembro ha comunicado hasta ahora oficialmente a Bruselas que vaya a dar ayudas públicas a Opel, lo que, según aclaró, no significa que esta cuestión no se esté negociando de manera bilateral entre cada Gobierno y la compañía. GM ya ha anunciado que necesita 3.300 millones de euros para llevar a cabo sus planes, y la mayoría del dinero debe proceder de ayudas públicas de los países europeos.

La Comisión Europea considera también que la empresa ha respetado la normativa comunitaria sobre comités de empresa europeos, que obliga a la consulta previa con los trabajadores. "Nuestra primera prioridad debe ser lograr que los trabajadores despedidos encuentren nuevos trabajos lo antes posible", explicó la portavoz del Ejecutivo comunitario, Pia Arenkhilde. La Comisión está "dispuesta a estudiar el uso de todos los instrumentos que tenemos a nuestra disposición para actuar", entre ellos el Fondo de Ajuste a la Globalización y el Fondo Social Europeo. "A primera vista, si los despidos se producen como se han anunciado, y si las autoridades belgas piden ayudas del Fondo de Ajuste a la Globalización, el caso Opel cumpliría los criterios", insistió la portavoz.

"La Comisión comprende las preocupaciones sobre la anunciada pérdida de miles de puestos de trabajo en la planta de Opel en Amberes y somos muy conscientes de las consecuencias muy graves para la economía local, regional y nacional", resaltó. El presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, tenía previsto reunirse durante la tarde del viernes con el ministro presidente de la región de Flandes, Kris Peeters, para examinar la situación.