La Comisión Europea (CE) esperará al dictamen del Tribunal de la Unión Europea antes de decidir qué hacer sobre el veto del Gobierno portugués a que Telefónica compre el 30% de la compañía brasileña Vivo a Portugal Telecom (PT). La Comisión advirtió ayer al Ejecutivo luso de que el uso de la llamada acción de oro en la asamblea de accionistas de PT el pasado miércoles es "injustificada", porque va "contra la libre circulación de capitales".

El Ejecutivo comunitario mantiene abierto desde el 2005 un expediente contra los derechos especiales de voto del Estado portugués en PT, conocidos como acción de oro . La negativa del Gobierno luso a renunciar a ese poder especial llevó a la Comisión Europea a presentar en el 2008 una denuncia ante el Tribunal de Justicia de la UE para declarar ilegal esa acción de oro.

A LA ESPERA DE SENTENCIA La sentencia está prevista para el 8 de julio. El comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, explicó ayer que el Ejecutivo comunitario esperará a disponer de la sentencia para adoptar las medidas adecuadas para invalidar el veto. La Comisión confía que el tribunbal declarará ilegal la acción de oro portuguesa, como ha ocurrido con las de otros países comunitarios en antiguas empresas publicas.

Si Portugal persiste en hacer caso omiso de la sentencia, Bruselas declarará ilegal ese veto e instará al Gobierno a dejar de obstaculizar la operación, según fuentes comunitarias. El Ejecutivo comunitario podría utilizar un procedimiento de urgencia, como ya hizo con España en el contencioso sobre Endesa-E.ON, lo que llevaría a Portugal de nuevo ante el Tribunal de la UE.

Para Telefónica, que considera estratégico controlar la principal operadora móvil de Brasil, la oferta a PT sigue en pie. El grupo español esperará al fallo antes de plantearse otras acciones, por lo que amplió el plazo al día 16.

"CUESTION EMPRESARIAL" El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, expresó su confianza de que el caso, que calificó de una "cuestión empresarial", se resuelva mediante "el entendimiento y el diálogo".

Menos conciliador, el primer ministro luso, José Sócrates, insistió en un artículo en la prensa que su Gabinete "hizo lo que debía para defender los intereses de Portugal y de PT". El principal partido de la oposición, el socialdemócrata PSD, criticó el veto del Gobierno, también cuestionado por los analistas.