Tirar la piedra y esconder la mano está siendo una táctica habitual en los múltiples procesos negociadores abiertos en el país. Ayer le tocó el turno a la patronal CEOE. Su presidente, Gerardo Díaz Ferrán, negó que esta organización defienda un contrato precario para jóvenes de hasta 30 años, con salario mínimo, despido gratis, sin cotización y sin prestación por desempleo. La propuesta la había explicado el martes el director de relaciones laborales de la CEOE, José de la Cavada, que apuntó que se trataba de un contrato como el adoptado en Francia.

Ayer, Díaz Ferrán dejó en evidencia a De la Cavada. Aseguró que la patronal no ha propuesto ni va a proponer un "contrato basura" para jóvenes. Aclaró: "Lo que ayer por el martes se comentó es un ejemplo de lo que hay en Francia, pero hay otros contratos, y lo que queremos es consensuar con los sindicatos un contrato para jóvenes".

Pese al desmentido, todo apunta a que De la Cavada no iba por libre. El domingo, en una entrevista en ABC , el secretario general de la CEOE, José María Lacasa, declaró: "Defendemos un modelo de contrato para los jóvenes que funcione, similar al que se aplica en varios países europeos, como el de Francia".

Fuentes negociadoras en el proceso de diálogo social interpretan el enredo como una muestra más de la --a su juicio-- falta de unidad que padece la CEOE. Ven incluso una conexión entre la resistencia del PP a pactar con el Gobierno y la estridencia de la defensa en público del contrato basura, lo que se interpreta como una "provocación".

Las reacciones no se hicieron esperar. "Una especie de monstruo Frankenstein" es la expresión que utilizó el líder de UGT, para describir la propuesta y para expresar su enfado. El de CCOO opinó que la "ocurrencia" de la CEOE parece estar más encaminada a "dinamitar las mesas de negociación" que a avanzar en el consenso, y la vicepresideenta Elena Salgado consideró que no era "un buen comienzo para el diálgo social".