No es bueno echar vino viejo en odres nuevos. Pero eso es lo que la CEOE ha hecho en su Plan Estratégico 2008- 2011, un compendio de viejas reivindicaciones patronales resumidas en un nuevo texto que impulsará la actuación de la organización durante estos cuatro años. Una de sus principales iniciativas es suprimir o reducir casi todos los impuestos directos.

Entre los tributos que deberían desaparecer está el de actividades económicas (IAE), patrimonio, sucesiones y donaciones. Sería necesario reformar el régimen de amortizaciones y el de bienes inmuebles. Las rebajas deberían afectar al impuesto de sucesiones, a los tipos y a la progresividad del IRPF.

En materia laboral la CEOE pide, entre otras cosas, salarios variables, flexibilidad horaria, simplificación de la contratación y del despido.