Una red de sociedades opacas, asesores fiscales y chiringuitos financieros radicados en España se ha encargado en los últimos años de evadir millones de euros a Liechtenstein. El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ordenó ayer 19 entradas y registros simultáneos en cuatro provincias.

Los registros se practicaron desde primera hora de la mañana en locales y viviendas de distintas localidades de las provincias de Málaga (Marbella), Madrid, Barcelona y Zaragoza.

ENTRE 100 Y 200 MILLONES La investigación pretende esclarecer el presunto blanqueo de dinero procedente de fondos depositados en productos bancarios de LGT Group Liechtenstein por un importe que diversas fuentes jurídicas calculan en, al menos, 100 millones de euros, y otras elevan a 200 millones.

En medios conocedores de la operación, que está bajo secreto de sumario, se decía ayer que, además de los presuntos organizadores de la estructurada trama de evasión de dinero, también estarían implicados en el caso alrededor de 60 clientes o inversores, la mayoría empresarios. Sin embargo, otras personas señaladas en un principio como defraudadoras han regularizado su situación ante Hacienda o demostraron que las cantidades de dinero que traspasaron a Liechtenstein no superaban el mínimo para considerar que fuera un delito fiscal. Las averiguaciones realizadas por el Ministerio de Hacienda y la Fiscalía Anticorrupción sobre las cuentas descubiertas en Vaduz, la capital del principado, apuntaban que los depósitos estaban a nombre de 198 ciudadanos españoles.

La Agencia Tributaria indicó ayer que los registros practicados en la operación han permitido que la Guardia Civil se incautara de numerosa documentación, relacionando de forma definitiva al inversor con los productos bancarios opacos de Liechtenstein. En Madrid, se produjeron registros en fincas de la calles Serrano, Guzmán el Bueno, Juan de Urbieta y Martí, y en domicilios particulares de Pozuelo de Alarcón y San Sebastián de los Reyes. En Barcelona, se registró la oficina de Merchbanc, en la calle Diputación, y otras sociedades.

EVASION La operación, conocida como Jade-Limusina, en la que por el momento no se han practicado detenciones, ha puesto de manifiesto la comercialización de productos financieros por bancos privados y agencias de inversión, con la ayuda de distintas asesorías fiscales. El objetivo era facilitar al inversor una estructura que permitiera ocultarlo al fisco y eludir consecuencias impositivas o patrimoniales. El dinero viajaba por distintos países hasta recalar en el principado de Liechtenstein.