La economía china bate todas las previsiones de crecimiento año tras año, a pesar de los intentos baldíos de enfriar su evolución mediante la política monetaria y el alza de la divisa. Los datos del 2005 confirman que el producto interior bruto (PIB) chino avanzó un 9,9% en el conjunto del año y que la actividad no da síntomas de agotamiento.

Tras un crecimiento del 9,5% en el 2004, la Oficina Nacional de Estadística dio a conocer ayer que el incremento económico ha mejorado el PIB per cápita de los 1.300 millones de ciudadanos a 1.700 dólares. Los datos, además, suponen que, con un valor de 2,23 billones de dólares (1,82 billones de euros), China ha sobrepasado a Francia (1,68 billones en el 2004) y se ha convertido en la quinta economía mundial. De confirmarse las cifras provisionales del Reino Unido, que avanzan un PIB de 1,66 billones de euros (+1,8%) para el 2005, China sería ya la cuarta economía. Estados Unidos, Japón y Alemania son, por este orden, los tres primeros.

CONSUMO INTERNO La inversión ha contribuido en un espectacular 48,8% al crecimiento del PIB en el 2005. El consumo interno, impulsado por los propios estímulos gubernamentales, ha supuesto un 33,3%, mientras que las exportaciones, un 17,9%.

Li Deshui, jefe de la Oficina de Estadística, dijo que ha sido necesaria una actuación urgente para frenar la inversión y evitar el riesgo de sobrecapacidad, lo que podría llevar a "una cosecha de malos créditos", desperdiciar recursos, una ola de quiebras y un alza del desempleo.

Pero, al margen de la cautela oficial, el medio plazo del país sigue siendo positivo. "Desde la perspectiva del entorno global y de las condiciones domésticas, la situación es esperanzadora", se destaca desde la Oficina. Los economistas coinciden en que China tiene el viento a favor.

El PIB del último trimestre del año fue del 9,9% en tasa interanual, y rebasó las previsiones oficiales del 9,7%. El crecimiento para el conjunto del año también superó la previsión del 9,8% realizada por el Ejecutivo.

Hong Liang, analista de Goldman Sachs en Hong Kong, reafirmó ayer su proyección de que la economía aumentará un 9,6% este año y un 9,1% en el 2007. "Consideramos que la demanda interna tendrá un mayor protagonismo en el crecimiento chino y el país será un factor positivo para la demanda global en los próximos años", comentó la analista en una nota.

China desea obtener un mayor crecimiento de la demanda interna, particularmente de los consumidores, para acallar las críticas que recibe desde Washington como consecuencia del superávit comercial del país asiático, que alcanza los 83.000 millones de euros.

REVALORIZACION DEL YUAN Pekín revaluó el yuan un 2,1% en julio, y desde entonces se ha apreciado un 0,6% con respecto al dólar. Los últimos datos pueden presionar a las autoridades económicas chinas para que permitan una más rápida revalorización de la moneda. Algunos expertos esperan que el yuan incremente su valor con el dólar en torno al 4% este año.

Pekín no está dispuesto a matar a la gallina de los huevos de oro que le ha permitido lograr un crecimiento medio del 9,6% desde 1979 y ha aliviado la pobreza de millones de ciudadanos. Pero los responsables políticos son conscientes de que el modelo económico actual presiona al alza los precios de las materias primas que nutren su maquinaria industrial. En ese contexto, Li expuso ayer que la demanda de petróleo en el 2005 se redujo en un 0,5%, pese que todas las expectativas señalaban en el sentido contrario.