La moneda china, el yuan, se desvinculó ayer del dólar estadounidense poniendo fin a un régimen cambiario impuesto en 1994. Tras más de una década de defender la paridad del yuan frente al billete verde , el Banco Popular de China (BPC) decidió relajar los controles. A partir de hoy, el yuan fluctuará frente a una cesta de divisas de referencia. La divisa china se revalúa un 2,1%, y pasa de 8,28 a 8,11 unidades por dólar.

"El tipo de cambio será más flexible, en base a las condiciones del mercado, y con referencia a una cesta de monedas", anunció el BPC. No reveló cuáles serán estas monedas, aunque los analistas apuestan por el dólar estadounidense, el euro y el yen japonés. Así, el tipo de cambio podrá flotar un 0,3% a partir de la paridad publicada a diario por el BPC.

La decisión, que EEUU llevaba meses pidiendo, fue bien recibida en Washington. Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal, la calificó de "buen primer paso".