El Gobierno empieza a respirar tranquilo ante la posibilidad cada vez más plausible de contar con los votos suficientes para convalidar el próximo martes en el Congreso el decreto de reforma laboral que aprobó el miércoles el Consejo de Ministros.

La tramitación del plan como proyecto de ley, que también se decidirá en la misma sesión parlamentaria aunque buena parte de los grupos de la oposición y el propio Ejecutivo han avanzado su visto bueno, será determinante para facilitar unos apoyos condicionados a los cambios que sufrirá el documento en el plazo de presentación de enmiendas. Aunque este proceso se hará por vía urgente al tratarse de un decreto de ley, la aprobación definitiva de la reforma se postergará hasta el próximo otoño. Y es de esperar que la negociación del articulado derive en cambios profundos en referencia al texto que ayer entró en vigor provisionalmente al publicarse en el Boletín Oficial del Estado (BOE) .

Bajo esa perspectiva, CiU y el PNV dieron un paso adelante para convalidar el decreto la semana próxima en el Congreso.

ENMIENDAS DECISIVAS La federación catalana fue la más explícita y, aunque la estrategia del portavoz Josep Antoni Duran Lleida era la de mantener el suspense hasta el último momento, el líder de CiU, Artur Mas, adelantó que "facilitarán" la aprobación inicial del texto. Eso sí, puntualizando que este es "manifiestamente mejorable" y que su voto final tras el verano dependerá de si se aceptan sus enmiendas.

Aunque el portavoz del grupo en el Congreso había asegurado hace unos días que descartaban la abstención con la que permitieron la validación del plan de ajuste del gasto público, fuentes del grupo parlamentario matizaron, tras el revuelo creado en Madrid por las palabras de Mas, que hasta el mismo día del debate no decidirán si votan a favor o se abstienen.

El sentido del voto del PNV se conocerá unas horas antes, el lunes, cuando se reúna en Bilbao la ejecutiva del partido, el Euskadi Buru Batzar (EBB). Aun así, el portavoz peneuvista en el Congreso, Josu Erkoreka, dijo sentirse más "cercano" a la redacción actual del decreto que a la propuesta que les había mostrado inicialmente el Gobierno.

Fuentes del PNV reconocieron que no solo están negociando con el PSOE el voto a la reforma laboral, sino también su futuro apoyo a los presupuestos del 2011 y al trámite previo del techo de gasto, que se debatirá también el 22 de junio.

SIN ALTERNATIVAS El PP mantuvo su estrategia de criticar el decreto, pero sin proponer una alternativa ni fijar tampoco qué votará el martes. Soraya Sáenz de Santamaría denunció que se ha "perdido una oportunidad" de hacer una reforma que, realmente, sirviera para crear empleo. Los populares son los únicos que aún no se han reunido con los líderes sindicales, que ayer visitaron a los grupos del PNV, el PSOE y e IU-ICV. Estos últimos son los únicos que ya han avanzado, junto al BNG y Na-Bai, su rechazo al documento. Aunque ERC, a quien no le gustan los cambios introducidos por el Ejecutivo, dijo estar cada vez "más lejos" de su predisposición inicial de votar a favor.

CCOO y UGT mantuvieron ayer nuevos contactos con los grupos parlamentarios para conocer su posición ante la reforma y su "responsabilidad" en la convalidación, y anunciaron que enviarán a todos los partidos un conjunto de propuestas concretas y detalladas. Ambos sindicatos anunciaron un posible recurso ante el Tribunal Constitucional al considerar que la reforma vulnera convenios.