"La I+D+i es ante todo una actitud. Es no tener miedo a mejorar y no siempre hace falta inventar, sino apoyarse en lo que ya haya hecho para crear lo que no hay". Quien habla así es Enrique del Pozo, alma mater de MC2 Ingeniería y Sistemas, empresa que ha participado en el proyecto del nuevo avión A-400M, que hace solo unos días realizó el primer vuelo desde Sevilla; que diseñó la pantalla giratoria más grande del mundo para la Expo de Lisboa; la pérgola fotovoltaica del Fórum de Barcelona; o un barco para uno de los espectáculos de Terra Mítica.

Estos son solo algunos proyectos que ayer citó Del Pozo durante su intervención en la jornada I+D+i en ejemplos , organizada por el Centro Tecnológico Industrial de Extremadura (Cetiex), para trasladar a los más de 70 empresarios extremeños de distintos sectores que participaron en el encuentro que, aunque parezca que está todo inventado, "cada día se le puede dar una vuelta de tuerca más", dijo basándose en su propia experiencia.

La jornada tenía como objetivo ilustrar con casos "reales y prácticos" qué es y cuáles pueden ser los resultados de aplicar la innovación a la empresa. "Queremos que no se vea este concepto como algo complejo, sino como una actitud que te lleva a estar siempre pensando qué voy a hacer el año que viene y al otro para adelantarme a la competencia", explicó Ignacio García, asesor tecnológico en Cetiex.

Y para inventar no es necesario dinero. Hace falta, según expuso Enrique del Pozo, "liberarse de complejos" y saber utilizar las herramientas que hoy están al alcance de todos. "El que da primero, da dos veces", sintetizó.

Los ejemplos del fundador de MC2 no fueron los únicos que conocieron ayer los asistentes a las jornadas. Otras empresas, que colaboran con Cetiex, también expusieron sus experiencias y resultados, entre ellas Green Power Tech, Acciona Instalaciones, Telvent, Rotomolding Products o Puleva Biotecha, cuya planta principal está en Talayuela (Cáceres).

Francisco Alcaín, de Puleva Biotech, explicó que la empresa cuenta con un comité de innovación que está continuamente trabajando en las áreas de negocio que pueden investigar. Reconoció que las inversiones en I+D+i son costosas --Puleva Biotech dedica más de cuatro millones de euros anuales a la innovación-- y los resultados tardan en llegar hasta cuatro años. A pesar de ello, aseguró que la empresa mantiene su "apuesta decidida" por continuar innovando y su deseo de que sea en colaboración con los centros de investigación extremeños.