Los llamamientos a la calma de expertos y responsables del Gobierno británico no tranquilizan a los clientes de Northern Rock. Ayer por la mañana, por segundo día consecutivo, los ahorradores hicieron largas colas, algunas con más de 250 personas, ante las sucursales del banco hipotecario en crisis para retirar su dinero.

La decisión del Banco de Inglaterra de acudir al rescate de la entidad el pasado jueves, con un crédito de 6.400 millones de euros, ha generado una reacción de pánico. Desde las 6 de la mañana, un público numeroso aguardaba en todo el país la apertura de las oficinas bancarias. El horario tuvo que prolongarse y el cierre de las ventanillas se prolongó dos horas más de lo habitual. La situación estuvo en algunos lugares discretamente controlada por agentes de la policía. Hubo además numerosas quejas de quienes trataron de recuperar, sin éxito, sus depósitos por internet.

A pesar de que los expertos insisten en que se trata de un problema temporal de liquidez y aseguran que los ahorros no corren peligro, el viernes los clientes de Northern Rock retiraron 1.500 millones de euros, es decir, el 4,5% de los depósitos totales. El octavo banco británico y quinto en el sector hipotecario, había perdido el mismo día un tercio de su valor en la bolsa. La Asociación de Banqueros Británicos indicó en un comunicado que "Northern Rock es un banco seguro y no hay razón alguna por la que los clientes con hipotecas o los ahorradores deban preocuparse".

REPROCHES A BROWN Algunos han dirigido ya acusaciones hacia el primer ministro. "Gordon Brown debe aceptar la responsabilidad de esta burbuja (inmobiliaria)", señalaba The Daily Telegraph. Durante sus 10 años como ministro de Finanzas ha disfrutado de la falsa prosperidad fundada no en un alza de la productividad, sino en el elevado precio de la vivienda.