La Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) obligará a Telefónica a ceder espacio en los canales de fibra que ya tiene desplegados o que abra en un futuro al resto de operadores. La medida busca abaratar el coste del despliegue, que tiene entre el 60% y el 70% de su precio en la obra civil, según el organismo regulador, que espera aprobar en dos meses la oferta mayorista que fija qué precio podrá cobrar Telefónica.

La CMT fijará también el precio al que Telefónica deberá alquilar servicios a otros operadores sobre la red ya construida y que tenga una capacidad de hasta 30 mbps. Por encima de este ancho de banda, Telefónica no estará obligada a compartir nada.

Además, según las previsiones de la CMT, dentro de dos años, momento en el que se volverá a revisar este marco regulatorio, la mayor parte de las conexiones por banda ancha en España serán de entre 18 y 22 megas, por lo que todavía se encontrarán bajo el paraguas de los 30 megas.

El presidente de la CMT, Reinaldo Rodríguez, admitió que esta nueva regulación ha recibido críticas tanto desde Telefónica como desde los competidores, unos por considerar el límite de 30 megas demasiado bajo, y la compañía de César Alierta por creer que es elevado.

El regulador español ha cambiado también la normativa de acceso geográfico a instancias de la UE, que ha pedido que no se primen determinadas áreas geográficas y la oferta sea la misma para todo el territorio. El motivo de esta medida es que, aunque en algunas zonas la presión competitiva que afronta Telefónica es mayor, "su cuota de mercado se mantiene estable en toda España".