El polémico comportamiento de las empresas en el mercado mayorista de la electricidad vuelve a pasar bajo la lupa de la Comisión Nacional de la Energía (CNE). El regulador abrió ayer expediente informativo a siete centrales eléctricas, propiedad de Endesa, Enel Viesgo, Unión Fenosa e Iberdrola ante la sospecha de que pudieron inflar los precios la semana pasada.

El caso más llamativo es el de la central de Endesa en Sant Adrià del Besòs (Barcelona), que llegó a cobrar el megavatio-hora a 1.000 euros, cuando el precio del mercado estaba en los 40 euros. Por cada hora, esta central facturó 400.000 euros, en lugar de los 16.000 euros del precio medio. En el resto de centrales expedientadas, los precios sospechosos oscilaban entre los 90 y los 180 euros el megavatio-hora. Desde hace tres meses, la CNE controla los precios de la electricidad.