La PAC fue reformada en el 2003 y el ejercicio que empezará este año no trata de reformarla de nuevo, sino de introducir "ajustes" que ayuden a la agricultura europea a adaptarse a los nuevos retos del siglo XXI y a seguir siendo competitiva.

El cambio principal del 2003 fue el paso de las ayudas vinculadas a la producción al régimen de pago único, en el que el subsidio se recibe por superficie sin que el agricultor esté obligado a cultivar un determinado producto. Sin embargo, las ayudas directas a día de hoy se mantienen, bien por medio de las "ayudas parcialmente desacopladas" o de manera transitoria hacia la entrada plena en el pago único. La Comisión considera que ambos modelos "siguen basados en niveles pasados de producción y según pasa el tiempo cada vez será más difícil justificar las diferencias en estas ayudas".

Aunque concede que puedan persistir en casos concretos, las ayudas parcialmente desacopladas deberán verse en un "contexto regional" y se permitirán tras un análisis "caso por caso" de los riesgos potenciales de sustituirlas por el pago único.