El comité de Nissan hizo ayer una nueva propuesta para evitar los 1.680 despidos. Planteó a la compañía fabricar en Barcelona algunas unidades del modelo Qashqai con el objetivo de reducir una lista de espera de los compradores de varios meses ante la saturación que sufre la factoría de Sunderland (Reino Unido). El éxito del Qashqai ha desbordado a Nissan, que aumentó la producción en junio con un tercer turno en el Reino Unido. Los sindicatos de la fábrica de Barcelona quieren sacar tajada del filón de ese modelo.

Sin embargo, la petición se produce meses después de que la planta de Kyushu (Japón) haya empezado a producir las unidades del Qashqai destinadas al país asiático, que antes eran exportadas desde el Reino Unido. La empresa ha alegado para rechazar la medida planteada en Barcelona que esto "supondría deslocalizar la producción en contra de otras plantas".