Unos 100 millones de euros más sobre la mesa y una reducción de sueldos del 20% en lugar del 25% o 35% anunciado, para cerrar la negociación y salvar Alitalia. Esa fue la novedad de última hora que los 18 (eran 16) empresarios italianos, reunidos en la Compañía Aérea Italiana (CAI), se sacaron de la manga para desbloquear la difícil y dramática negociación con nueve distintos sindicatos de la compañía. La supuesta negociación final, que debería terminar con la firma que permitirá enterrar la vieja Alitalia y resucitar la nueva, comenzó ayer por la tarde en Presidencia del Gobierno y proseguía durante la noche. El primer ministro Silvio Berlusconi siguió la evolución de los encuentros desde su casa en Cerdeña, dispuesto a volar a Roma si fuese necesario.

ALTERNATIVA, LA QUIEBRA Los 100 millones estarían destinados a los pilotos, que son los que habían abandonado la mesa y sin los que los aviones no vuelan. En Presidencia, en los ministerios de Trabajo y Actividades Productivas, en las sedes del CAI, del comisario especial de Alitalia y de los sindicatos, se respiraba ayer por la tarde un cauto optimismo sobre una conclusión aceptable por las partes.

La alternativa significaría la quiebra definitiva de la compañía de bandera, el despido de más de 20.000 personas y el paro forzoso de otras 25.000 de las industrias auxiliares. El proyecto, elaborado por el banco Intesa-San Paolo a instancias del Gobierno de Silvio Berlusconi, se conoce como Phoenix, en alusión al pájaro sagrado y mitológico de los egipcios que después de la muerte renació de sus cenizas. "Es difícil ser optimistas en este momento", declaró Fabio Berti, líder del principal sindicato de los pilotos (ANPAC), al salir de un primer encuentro informal celebrado ayer por la mañana.

"Si se trata de un toma o lo deja, mejor que sea tomar, porque si no lo dejaremos", subrayó por su parte Massimo Notaro, líder del segundo sindicato de comandantes (UP). Durante todo el día, la plaza peatonal frente a Presidencia del Gobierno fue cerrada por la policía para evitar manifestaciones espontáneas del personal de Alitalia.

La objeción principal de los sindicatos han sido las cifras presentadas por CAI: el despido de 1.000 pilotos sobre 2.000, el de 6.000 empleados frente a los 2.500 anunciados, un convenio colectivo único en lugar de los distintos actuales por categorías y el 30% de recortes salariales, además de la supresión de días de vacaciones y de una paga extra anual (ahora son 14).

En el sector de carga (2.000 personas), CAI habría aceptado entrar como accionista en dos nuevas sociedades para relanzar el único activo de Alitalia que produce beneficios. Por su parte, los asistentes de vuelo se ofrecen a aumentar las horas de trabajo a cambio de no reducir salarios ni pagas extras.