La crisis financiera y sus posibles consecuencias, junto con el encarecimiento de ciertos productos básicos han hecho mella en la confianza de los consumidores españoles que, en octubre, registró un nuevo mínimo histórico. Así lo refleja el Indicador de Confianza del Consumidor elaborado mensualmente por el Instituto de Crédito Oficial (ICO), que en octubre retrocedió cuatro puntos respecto a septiembre y se situó en 76,2 puntos, según explicó hoy en rueda de prensa el presidente del ICO, Aurelio Martínez.

El factor que más ha incidido en este descenso ha sido el de las expectativas sobre la economía de España para los próximos seis meses, que descendió 8,2 puntos hasta los 72,2, mientras que la percepción de la situación actual retrocedió menos, 4,8 puntos, hasta los 55,4 puntos. En este resultado, indicó Martínez, ha tenido mucha influencia la "negativa presión mediática" respecto a ciertos hechos, como el encarecimiento del crudo, las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para España o la subida del precio de ciertos productos básicos y materias primas.

Añadió que la percepción de los consumidores españoles está "clarísimamente por debajo" de la situación real de la economía española, que crece cerca del 4 por ciento. Pese a que octubre es el sexto mes consecutivo en el que cae la confianza de los consumidores, Martínez valoró que este descenso haya sido menos pronunciado que en septiembre, cuando bajó 6,3 puntos.

Para el responsable del ICO, habrá que esperar hasta conocer los resultados de noviembre para "retomar la senda del optimismo o al menos ver si seguimos suavizando la pendiente". En este sentido, Martínez criticó las previsiones de crecimiento del FMI para el próximo año en España (2,7 por ciento) ya que, en su opinión, este organismo "no explica" en qué se basa al hacer sus cálculos.

La importancia del PIB

A su juicio es poco probable que el consumo, tal y como dice el FMI, aumente sólo el 2,2 por ciento, ya que es previsible que la población siga creciendo por la nueva llegada de inmigrantes. Además, señaló que los resultados de 2008 dependerán en buena medida del incremento del Producto Interior Bruto (PIB) en el tercer trimestre de este año, y que si se desacelera mucho sí cabría esperar un aumento en la línea marcada por el FMI.

Sin embargo, si el PIB crece en el entorno del 4 por ciento en el trimestre,es posible cerrar el año cerca del 3,8 por ciento y lograr en 2008 un crecimiento cercano al 3 por ciento, que coincide con las previsiones del Gobierno. Por ello, el ICO no revisará, por el momento, sus previsiones sobre la economía española, que coinciden con las del Ejecutivo y auguran un crecimiento del PIB del 3,8 por ciento para este año y del 3,3 por ciento para el 2008.

Según los datos del Indicador de Confianza respecto a la situación actual, en octubre cayó tanto la percepción sobre el empleo que se situó en 71,5 puntos tras descender 1,5 puntos, como la de la situación del hogar que bajó 4,8 puntos hasta los 81,2. En el caso de las expectativas, las referentes a la economía familiar descienden dos puntos hasta los cien.

Los consumidores también creen que la inflación y los tipos de interés seguirán subiendo, pese a que, según Martínez, es previsible que el próximo jueves el Banco Central Europeo (BCE) opte por no aumentarlos. Por el contrario, las perspectivas sobre consumo de bienes duraderos aumentaron siete décimas, dato en línea con el incremento de matriculaciones de octubre, apuntó el presidente del ICO, lo que dio lugar a una disminución de las perspectivas de ahorro, que retrocedieron otras siete décimas.

Por edades, la confianza de los encuestados descendió en todos los tramos, aunque las personas más mayores volvieron a ser las más pesimistas. También cayó la confianza en los municipios medianos (de entre 10.000 y 50.000 habitantes), mientras que las grandes ciudades y los pueblos más pequeños fueron los más optimistas, un dato "difícil" de explicar, según Martínez.