La Confederación Sindical Internacional (CSI) quedó constituida ayer en Viena con el objetivo de unificar el movimiento sindical en el mundo y defender los derechos de los trabajadores ante los desafíos de la globalización. "Con plena conciencia de la trascendencia histórica de este día, declaramos fundada la CSI con 306 centrales sindicales nacionales de 154 países que representan a 168 millones de miembros", declaró Leroy Trotman, presidente del Grupo de Trabajadores de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La mayor central sindical del mundo y de la historia celebró ayer la primera jornada de su congreso constituyente tras la adopción de la declaración de principios y los estatutos. "Este es un acontecimiento que no tiene precedentes en la historia del movimiento sindical a nivel mundial", declaró Cándido Méndez, líder de UGT, quien destacó la superación de barreras ideológicas o incluso religiosas para crear la organización. José María Fidalgo, de CCOO, subrayó el nacimiento de una "voz única" para la defensa de los intereses de los trabajadores en el mundo.