Los consumidores tienen la percepción de que la privatización de las empresas públicas y la liberalización de los sectores de interés general no han traído una mayor calidad en el servicio y que presentar una queja es un trabajo arduo y muchas veces estéril. Esta es una de las primeras conclusiones para España de un estudio que se está realizando en siete países europeos por organizaciones de consumidores y que ha sido cofinanciado por la UE.

Tras analizar desde febrero del 2006 los servicios de telecomunicaciones, electricidad, aviación, gas y correos, la Confederación de Consumidores y Usuarios de España llega a la conclusión de que el mayor problema (más del 60% de las quejas) es el excesivo plazo de tiempo que se gasta en plantear una reclamación "como si la empresa buscase marear al cliente", el esfuerzo que requiere y su coste ya que, en muchos casos, la llamada al servicio de atención (902) no es gratuito.

También han detectado falta de calidad en el servicio y altos precios sobre todo en telecomunicaciones, ausencia de transparencia, deficiente información en los contratos y en las facturas, carencias en la formación del personal que recibe las reclamaciones y problemas con los servicios automáticos de atención al cliente, entre otras deficiencias.