La profunda crisis económica que viven el mundo y España ha provocado hechos sin precedentes, e impensables hasta hace bien poco. El consumo familiar de productos para el hogar no ha sido ajeno a este proceso y ha registrado su primera caída en casi medio siglo.

Los españoles se gastaron 68.900 millones de euros en bienes de consumo básico el año pasado, lo que representa un descenso del 0,7% frente al 2008. Se trata de un "dramático" cambio de tendencia, ya que es el primer retroceso desde que la consultora Nielsen comenzó a recoger estos datos de la demanda privada a mediados de los años 60.

Así lo expuso ayer el director para España y Portugal de la compañía, José María García Fuentes, quien matizó que el mal dato del consumo es menos grave que los registrados en otros ámbitos de la economía.

Con todo, la caída contrasta claramente con el aumento del 7% de los últimos años. Los hogares no pueden prescindir de estos productos, pero sí pueden ahorrar comprando los más baratos. Las empresas, además, se han visto obligadas a abaratarlos para animar el consumo.

MAS BARATO Así, el precio de los alimentos envasados, que suponen el 49,3% del gasto total de las familias en consumo doméstico, ha caído el 1,1%. En consecuencia, pese a que el número de compras aumentó el 1,2%, los hogares han gastado solo el 0,1% más. Con los productos frescos, que son el 32,6% de la cesta, pasa algo parecido. El número de compras aumentó el 3,2%, pero los precios bajaron el 4,5%, con lo que el desembolso total fue el 1,5% menor. En los de droguería y perfumería, que representan el 14,5% restante, los precios permanecieron sin cambios.

Hay excepciones. Creció mucho la compra de cereales para el desayuno (8,1%), platos refrigerados (7,7%), útiles de limpieza (7,45) y galletas María (6,7%).

MENOS VISITAS AL BAR La crisis también ha pasado factura a los hábitos de conducta. Los hogares van más veces a hacer la compra (113,8 al año, el 0,9% más), pero gastan menos en cada ocasión (el 3,5%, hasta los 18,12 euros).

El incremento de las visitas a las tiendas se explica porque las familias prefieren quedarse en casa para gastar menos. En consecuencia, han cerrado bares y restaurantes, y los que han sobrevivido necesitan menos género. El gasto de la hostelería en productos de consumo ha sufrido un sustancial recorte del 9,4%, hasta los 21.700 millones.

La guerra de precios y los problemas de financiación también ha provocado que el número de tiendas de alimentación descienda el 0,8%, hasta las 51.293. Los súpers y hípers crecieron el 4,2%, hasta los 16.329, pero los pequeños comercios cayeron el 3%, hasta los 34.964.