El consumo del típico chato de vino en bares y restaurantes está sufriendo una espectacular caída a raíz de las campañas de control de la alcoholemia realizadas por la Dirección General de Tráfico (DGT). Los productores de vino achacan buena parte de los 29 millones de euros (4.825 millones de pesetas) que dejaron de ingresar en el tercer trimestre del 2005 a los efectos de las iniciativas de la DGT en esas fechas.

Tráfico ha impulsado en el 2005 dos campañas de control de la alcoholemia. La última ha sido estas navidades, con más de 200.000 tests realizados. Aunque ni el Ministerio de Agricultura ni la Federación Española del Vino tienen datos sobre los efectos del control en el consumo, sí poseen estadísticas sobre la campaña que Tráfico inició en julio.

Durante los meses de verano del 2005 se consumieron 95,71 millones de litros de vino económico en bares y restaurantes, 21,96 millones menos que en el 2004, lo que supone una caída sin precedentes del 18,7%, según las estadísticas del Ministerio de Agricultura. Esta bajada se hace más evidente al observar que en el mismo periodo del año anterior los españoles aumentaron un 21,6% su consumo de chiquitos, culines y poziños en bares y restaurantes, es decir bebieron 20,9 millones de litros más que en el verano del 2003.

MALAS PREVISIONES A la luz de las estadísticas de la Federación Española del Vino, durante los nueve primeros meses del 2005 el consumo de caldos en España ha bajado un 4%, porcentaje con el que se cerrará el conjunto del año, según su director general, Rafael del Rey. Pero esta caída se ha centrado principalmente en el vino más barato y precisamente en el que se vende en bares y restaurantes, con un descenso del 17,6%. El consumo del vino de mesa en los hogares también ha bajado, pero el 5,9%.

Los bares y restaurantes no han compensado esta caída, pese a la venta de 30 millones de litros más de vinos con denominación de origen, que suponen un incremento del 17,4% hasta los 202 millones de litros. Tampoco los espumosos y cavas, cuyo consumo ha subido el 23,2% hasta los 13 millones de litros, han mejorado la situación. Las ventas en hostelería y la restauración experimentaron un descenso global del 5,1% entre enero y septiembre del 2005.

Según Del Rey, habría que analizar primero un cambio de actitud del consumidor, que ahora prefiere tomarse una o dos copas de buen vino a estar, como antes, una tarde bebiendo una marca corriente en el bar.