El consejero delegado de la eléctrica italiana Enel, Fulvio Conti, dijo ayer en Roma que con la compra del 25% de la española Endesa que tenía Acciona "se ha resuelto una situación de inestabilidad en las relaciones entre los socios". En declaraciones a los medios locales, añadió que la operación de venta representa "una solución ventajosa para ambos", con lo que reconocía las malas relaciones entre los dos principales accionistas, una tensión que había llegado a paralizar a la eléctrica española. Esas malas relaciones son las que en definitiva han provocado el adelantamiento de la disolución del pacto entre Enel y Acciona suscrito hace tres años.

Conti añadió que a partir de ahora prepararán un plan de crecimiento, tanto a través de Endesa como de Enel, "utilizando mejor nuestras competencias y nuestra expansión geográfica".

Mientras tanto, en España la venta del 25% que Acciona tenía en Endesa a Enel, que se hace con el 92% de la eléctrica, provocó ayer un alud de diatribas entre el PP y el PSOE. El primero acusa al Gobierno de haber vendido la antigua compañía pública al Estado italiano --que tiene una posición de control en Enel--; mientras que el PSOE considera que todos los males proceden de la forma en que el Gobierno del PP privatizó las empresas públicas.

Josep Sánchez Llibre, portavoz económico de CiU en el Congreso, es el único que parece satisfecho con la venta: "Esperamos que la Italia de Berlusconi tenga la misma actitud de reciprocidad para todas las inversiones españolas que se puedan hacer en Italia, y que hasta la fecha han contado con reticencias por parte de su Gobierno".

El político catalán subrayó ayer el desenlace "positivo" de la operación de venta de Endesa, teniendo en cuenta que al "desaparecer las incertidumbres que han predominado en estos tres últimos años y al clarificarse el accionariado" la gestión adquirirá "mayor eficacia".