"Refundar el capitalismo" --en expresión del presidente francés, Nicolas Sarkozy-- y acabar con las prácticas especulativas, el "capitalismo casino" (citando a la economista Susan Strange) y las "armas financieras de destrucción masiva" (del inversor Warren Buffet) que dieron origen a la crisis que estalló en el 2008 son cuestiones que están en la esencia misma del G-20. El grupo de los países más ricos del mundo y de las principales economías emergentes asumió este objetivo en su primera reunión de Washington, en noviembre del 2008, donde el grupo se erigió como foro internacional para buscar una salida coordinada de la mayor recesión desde los años 30.

Los líderes del G-20 acaban de finalizar su quinta cumbre (en Seúl, los días 11 y 12 de noviembre) y dos años después del estallido de la crisis financiera aún no se han logrado resultados coordinados para acabar con la llamada banca en la sombra (shadow bank ), que incluye todo un conjunto de prácticas especulativas que escapan de la regulación (productos derivados, fondos de inversión de alto riesgo o hedge funds, paraísos fiscales, seguros contra impago de deuda, etc.).

MALAS PRACTICAS Estas prácticas llevaron al estallido de las hipotecas subprime, a la quiebra de grandes entidades financieras y a la espiral de recesión económica posterior. El G-20 ha dado largas una vez más. En Seúl, tan solo se ha encargado al Consejo de Estabilidad Financiera (CEF) "que trabaje ... en la preparación de recomendaciones con vistas a reforzar la regulación del sistema financiero en la sombra a mediados del 2011". También se ha dejado para "antes de la primavera del 2011" la elaboración de una lista de paraísos fiscales. Para entonces, habrán pasado tres años desde el estallido de la burbuja hipotecaria.

Al menos, el G-20 ha hecho suyos los principios del CEF para una menor dependencia de las agencias de calificación crediticia (agencias de rating ), en el sentido de que "los supervisores y los bancos centrales no deben confiar mecánicamente en estas agencias". También se ha "reafirmado la importancia" de aplicar la reforma de las retribuciones a los directivos marcada por el CEF. El objetivo es introducir mayor transparencia y limitar la parte de la retribución ligada a la asunción de riesgos.

RESCATE DEL CONTRIBUYENTE Con todo, el mayor éxito logrado por el G-20 es el impulso del desarrollo de unas nuevas normas de solvencia y liquidez para reforzar la solidez de la banca. "Hoy hemos presentado elementos fundamentales del nuevo marco para transformar el sistema financiero mundial", proclama el comunicado de Seúl. Las reglas conocidas como Basilea III se han culminado en un año, cuando Basilea II precisó una década, y eso de debe al impulso de los líderes. Las nuevas reglas supondrán triplicar las exigencias de capital para las entidades, aunque tendrán de plazo desde enero del 2013 hasta enero del 2019 para completarlo. "Los nuevos estándares reducirán significativamente el incentivo para que los bancos asuman riesgos excesivos, disminuirán la probabilidad y gravedad de futuras crisis y permitirán a los bancos soportar --sin apoyo extraordinario del sector público-- las tensiones de magnitud comparable a la reciente crisis. Eso dará un sistema bancario que podrá contribuir en mayor medida a un crecimiento estable", resume el G-20.

La regulación de las llamadas entidades sistémicas, las conocidas como too big to fail , demasiado grandes para quebrar por su capacidad de contagiar, se deja para el año que viene.