La banca parece hacer caso al Gobierno de José María Aznar, que recomienda asegurar los tipos de interés para que las familias hipotecadas no se pillen los dedos, y al Banco de España, que está alarmado por el endeudamiento de los ciudadanos. Pero probablemente no sea tanto una cuestión de obediencia como de conveniencia.Con el precio del dinero al 2%, los préstamos hipotecarios nuevos referenciados al euríbor podrían situarse pronto en el 2,5% de media, dos décimas por debajo de la inflación madrileña y seis de la catalana. En esas condiciones es bastante difícil hacer negocio.