Irlanda sigue emperrada en no dejarse rescatar, pero al menos ha aceptado tratar con una misión técnica de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. Como las misiones de paz de la ONU, pero con corbatas celestes en lugar de cascos azules, los funcionarios se sentarán hoy en Dublín con las autoridades locales.

Para hablar solo del virtualmente quebrado sector bancario, defiende el Ejecutivo celta con una mezcla de testarudez patriótica e interés electoral. Y sobre el posible plan de rescate de las finanzas públicas, rectifican las presionadas y presionantes autoridades comunitarias.

Economistas y lobistas están proliferando en la prensa irlandesa en estos días reclamando al Ejecutivo que no ceda ante sus socios de la zona euro en un capítulo muy concreto: el impuesto de sociedades. Está en un bajísimo 12,5% y durante años le ha servido para atraer las sedes europeas de gran número de multinacionales, para gran enojo de algunos países europeos, particularmente de Alemania.

No queda claro si el objetivo de los técnicos será tener el mecanismo de ayuda listo para cuando Irlanda doble la rodilla o calibrar si el país puede resistir solo. Y aunque no les cree nadie, los líderes de los principales países e instituciones europeas niegan estar presionando a sus pares irlandeses.

En fin, confusión en los mensajes oficiales, pero los inversores se decantan por que el rescate es inevitable, y ayer volvieron a comprar instalados en esa prudente confianza. Con todo, se trató más del típico rebote tras una jornada aciaga que de una mejora real de los ánimos.

Las cosas siguen más o menos igual. Portugal tuvo ayer que pagar el 4,813% de interés para colocar 750 millones de euros en letras a 12 meses, el 47% más que hace dos semanas. Y la demanda estuvo muy por debajo de la de entonces. Traguemos saliva porque hoy le toca al Tesoro español colocar 4.000 millones en obligaciones a 10 y 13 años.

El diferencial del bono español a 10 años con el alemán de referencia volvió a subir ayer y alcanzó los 204 puntos básicos. Pese a ello, el Ibex 35 repuntó el 0,93%, hasta los 10.189,3 puntos, y con una evolución más positiva que la media europea (0,7%). Lógico, porque su castigo también ha sido mayor.

La banca mediana, penalizada por los bajistas estos días de ataque a la deuda pública por su exposición al negocio doméstico, influyó en la buena sesión. Veremos qué pasa con Irlanda.