Te doy el billete gratis y tú pagas el agua y el café". En esta ilustrativa frase pronunciada por una representante de la irlandesa Ryanair radica uno de los secretos de las aerolíneas de tarifas bajas. O, al menos, de alguna de ellas. Los costes, el gran secreto de estas compañías, son entre un 60% y un 40% más bajos que en las aerolíneas tradicionales, según un estudio de la IATA (organización que integra a la gran mayoría de las aerolíneas del mundo, con la excepción de las de vuelos baratos).

El diferencial no se limita a suprimir los servicios gratuitos a bordo y de otros en tierra que, además es una estrategia que han copiado ya las compañías tradicionales, aunque sin lograr las cotas de sus rivales.

La vía de los ingresos extra gana peso, especialmente para la irlandesa Ryanair, que ya ha logrado que el 16% del total de su recaudación proceda de las bebidas, el alquiler de coches y las reservas de hoteles. "Unos costes inferiores y más ingresos extras proporcionan margen para regalar billetes", explica Bridget Dowling, responsable de Ryanair para el sur de Europa.

Air Berlin también aumenta sus ingresos por esta vía aunque todavía pesan poco sobre el total, en torno al 3,5%. En la británica Easyjet suponen algo más del 9%. Según las previsiones de Ryanair, la importancia de los extras se incrementará hasta que la de los ingresos por billetes sea muy reducida.

AHORRO EN DISTRIBUCION Para que haya precios más bajos tiene que haber también costes bajos. "El tema de los costes es obsesivo. Aquello que se puede hacer más eficientemente se hace", explica un portavoz de Clickair, aerolínea con sede en Barcelona. Una de las variables esenciales es la distribución, que las compañías tradicionales aún combinan con las agencias de viajes. Las low cost, como se conoce a las aerolíneas de vuelos baratos, venden, en su mayoría, directamente por teléfono o a través de internet y siempre al cliente.

Pero las mayores ventajas se encuentran en otras partes. Alvaro Middelman, director general de Air Berlin-DBA en España y Portugal, considera que es en otros costes de estructura en los que estas compañías concentran sus ventajas competitivas. "Un ejemplo: en números redondos, Air Berlin tiene alrededor de la décima parte de la plantilla de Iberia, mientras que transporta a la mitad de su número de pasajeros", afirma. El alto ejecutivo de Air Berlin destaca también la utilización de los aviones y la simplificación de flotas, es decir, que todos los aviones sean del mismo modelo, "lo que proporciona enormes economías de escala" en materias como formación y mantenimiento.

Los sueldos también marcan unas diferencias sustanciales. Un piloto de Iberia, que gana menos que su homólogo de Lufthansa, Air France y British Airways, tiene unos ingresos brutos anuales de 187.000 euros. Mientras que uno de Easyjet gana 103.916, más un plus por kilómetros recorridos, y uno de Clickair 105.000, el 44% menos.

También gastan menos en sedes y despachos. Arnaldo Muñoz, director general para el sur de Europa y norte Africa de Easyjet, se pasa la semana de aeropuerto en aeropuerto pertrechado con un portátil y un móvil. En Vueling, todo el personal de las oficinas trabaja en el mismo espacio, sin despachos.