La oleada de fusiones entre cajas de las últimas semanas dista mucho de haber finiquitado la reordenación financiera. De hecho, ha sido solo un primer paso. Los expertos dan por sentado que habrá una segunda oleada de operaciones. Lo que no era tan previsible es que la reestructuración de las cajas esté provocando que los bancos medianos se replanteen su futuro.

El sector está convencido de que la integración del Banco Guipuzcoano en el Banco Sabadell no va a ser un caso aislado. Los bancos partían de mejor posición que las cajas en la crisis por su menor exposición al sector inmobiliario. Y el hecho de ser sociedades anónimas, en muchos casos cotizadas, les facilitaba mejor acceso a los mercados de financiación mayorista.

Pero de las fusiones van a salir cajas más grandes y, gracias a las ayudas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), más solventes. El Gobierno y el PP han pactado una reforma legal del sector del ahorro para que las entidades puedan captar capital en igualdad de condiciones con los bancos.

RIVALES Este panorama mete "presión y competencia" a los bancos, que se plantean si tienen "el tamaño adecuado para competir", como reconocía hace unos días Pedro Pablo Villasante, secretario general de la patronal bancaria AEB.Covadonga Fernández, analista de Self Bank, estima que las fusiones de bancos no son en absoluto descartables, ya que las uniones de las cajas van a provocar que la "lucha por la captación de depósitos se incremente y se reduzcan los márgenes de intereses de aquellos bancos menos flexibles".

Todo ello, recuerda, mientras la morosidad va a seguir subiendo por la debilidad de la economía y en el horizonte asoman los nuevos requisitos internacionales de capital y liquidez que se discuten en el Comité de Basilea. Los problemas de la deuda pública también perjudican, ya que los bancos tienen los mercados mayoristas cerrados. Y las entidades medianas son las que más van a sufrir los menores plazos para provisiones contra la morosidad y la mayor exigencia de coberturas sobre los inmuebles decidida por el Banco de España.

"El baile está abierto" y puede haber fusiones entre cajas, bancos y "cruces genéticos" entre los dos, según Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI).

POCAS OPCIONES Salvo sorpresas, el Santander y el BBVA ya han asegurado que no les interesa crecer en España vía compras. Las filiales extranjeras, salvo las de Deutsche Bank y Barclays, son pequeñas y solo entrarán en juego si sus matrices deciden salirse del mercado español. Las entidades medianas son, así, las principales candidatas.

El Popular es la más grande. Tras los ataques sufridos al comienzo de la crisis por su excesiva exposición inmobiliaria, ha entrado en una fase de estabilidad y asegura que solo protagonizará fusiones que pueda liderar. Su compacto núcleo de accionistas le defiende ante ofertas hostiles. Por el Popular siempre ha suspirado el Sabadell, el banco más agresivo en compras. La entidad quiere crecer y el mercado espera más noticias. Uno de sus objetivos es el Pastor, al que ha intentado sumar en la operación con el Guipuzcoano pero que ha preferido descolgarse.

Banesto y Bankinter son los otros dos grandes medianos. Pese a los rumores, el Santander niega que vaya a vender su filial, pero podría integrarla para ahorrar costes o fusionarla con Bankinter, una entidad pequeña.