Crisis, ¿qué crisis? La célebre pregunta no oculta los problemas de una parte de la industria. Los seis sectores en peor situación acumulaban una pérdida de más de 25.000 puestos de trabajo, la mayoría contratos temporales, hasta el pasado octubre en toda España. Tan o más grave es que no se aprecia el final del túnel.

Los subsectores que aguantan el bajón compensan parcialmente el descenso de los que están más tocados. El saldo global es que el descenso de afiliados de la industria a la Seguridad Social se modera hasta los 8.200 trabajadores. En el conjunto del mercado laboral, la construcción y los servicios absorben esa merma y permiten un incremento de casi medio millón de afiliados al Seguro.

El textil y la confección, con 10.145 asalariados menos que en el periodo de enero a octubre del 2001, es uno de los más afectados por el frenazo económico y la fuerte competencia de países en desarrollo con unos costes de producción mucho más bajos que los de España. De los empleos afectados, un total de 3.596 corresponden a expedientes de regulación de empleo.

EFECTO EN EL AUTOMOVIL

A continuación figuran los fabricantes de automóviles y componentes, que cuentan con 5.235 afiliados menos a la Seguridad Social y 4.149 empleados afectados por regulaciones de empleo. La fábrica de Volkswagen de Navarra ha alejado, por ahora, el peligro de eliminar 590 empleos fijos, a cambio de una mayor flexibilidad de producción y un recorte de la jornada, aunque queda por negociar una reducción del salario del 10%.

Los motivos de fondo de este caso son los mismos que la delicada situación que atraviesa Seat: la caída de la producción y la ventaja competitiva de la planta de VW en Eslovaquia, que produce los modelos Polo e Ibiza, gracias a la ampliación de la Unión Europea al Este. Presiones similares reciben sectores manufactureros de informática, electrónica y de material eléctrico.

Los empresarios califican la situación de "nuevo paradigma global que obliga a actuar rápidamente", en palabras de David Garrofé, secretario general de la patronal Cecot. "El impacto económico de la ampliación de la UE no se ha calibrado bien --advierte-- y no será el mismo en Alemania que en España, donde habrá algunas empresas que marcharán". La competitividad de España dependerá, según Garrofé, de la mejora de la formación de los empleados y la especialización empresarial.

Expertos del ámbito universitario atribuyen el bajón productivo español al agotamiento del modelo de los 90. Pero los más optimistas señalan que no hay una crisis generalizada. Ciertamente, la afiliación a la Seguridad Social aumenta y hay menos regulaciones de empleo que en el 2001.

Sin embargo, los empresarios están desanimados ante la caída de la cartera de pedidos para los próximos meses, ya que este hecho repercutirá en las perspectivas del empleo.

MAS PARTICIPACION SINDICAL

La negociación colectiva sufre directamente los efectos de la situación. Un dirigente de CCOO advirtió a los empresarios de que sólo admitirán una organización del trabajo más flexible si no empeoran las condiciones laborales y si se mejora la participación sindical en la gestión.

Pero las negociaciones planteadas por las compañías van en la dirección, para CCOO errada, de competir con la reducción de costes laborales porque es "pan para hoy y hambre para mañana".