El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial han salido reforzados de la crisis económica por el protagonismo que tanto estos organismos como sus profesionales han tenido en dirigir las políticas para acabar con la recesión. Dispuestos a recibir a los ministros de los 186 estados miembros, que se reunirán en asamblea en Estambul el lunes y martes próximos, las cúpulas de ambos organismos se presentan como los garantes de la cooperación y la estabilidad económica.

El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, llegó a hablar en una rueda de prensa de un "punto de partida de un nuevo FMI". Recobrando ante los Gobiernos una legitimidad que se intuía perdida, el Fondo ha visto como los Estados tenían dificultades financieras en los últimos seis meses. Hasta tal punto que los recursos del organismo para realizar préstamos se han triplicado hasta los 750.000 millones de dólares. Además, el Fondo ha recibido el encargo del G-20 de aportar su experiencia para hacer coherentes las políticas económicas y vigilar los desequilibrios económicos.

"Estaba inquieto porque en el momento crítico de la crisis se pusiera en peligro el consenso y cada país atendiera solo a sus problemas internos", confesó Strauss-Kahn. "Hasta ahora, eso no se ha producido", agregó el dirigente felicitándose por los compromisos adoptados por el grupo de los países ricos en Pittsburgh la semana pasada para coordinar políticas económicas.

COOPERACION "Tengo una tesis: la cooperación en el seno del G-20 contribuye a resolver a la vez los desequilibrios generales y a evitar una guerra con los tipos de cambio", precisó el dirigente. La amenaza más inmediata, el alza del paro, necesitará de una respuesta coordinada. "Cuando se tiene un paro a gran escala o una caída del empleo, llegan problemas de mala nutrición, los niños no van a la escuela y tienen menos medios para protegerse", dijo Robert Zoellich, presidente del Banco Mundial.