La torre de Petrobras se alza en el corazón político y financiero de Buenos Aires como el símbolo de su poderío. Pero estos días, el edificio se vuelve mustio cuando cae el sol. Las luces de la fachada se reducen al mínimo. El 50% de los ascensores han dejado de funcionar. Con estas medidas han podido ahorrar un 30% de energía. Es una muestra de las medidas del plan de ahorro aprobado por el Gobierno argentino, que obliga a las principales empresas y dependencias públicas a seguir el mismo camino a partir de las 4 de la tarde.

En algunas oficinas decidieron comenzar la jornada una hora antes. En otras, cortan la luz de los pisos de forma rotativa u ordenan apagar los ordenadores en horas de comida. Los centros comerciales desconectan las escaleras mecánicas.

Argentina está creciendo a una tasa de más del 8% anual desde el 2003 (un 48% desde que asumió la presidencia Néstor Kirchner en mayo del 2003). La actividad económica de abril aumentó un 8,4% y el consumo muestra un ascenso imparable. Pero los augurios de una bonanza sostenida se ven empañados por las carencias energéticas.

EL FRIO REVELO LA CRISIS Bastó con que se hiciera sentir el frío en Buenos Aires para que la situación se desnudara sin pudor. Por primera vez, Kirchner tuvo que hablar de una "crisis" que sectores de la oposición y analistas económicos venían augurando a los cuatro vientos. La escasez ha llegado en pleno invierno y cuando el país se encamina hacia las elecciones presidenciales del 28 de octubre, en las que el oficialismo es favorito.

El Gobierno peronista admite que se vive un momento paradójico: la economía crece, y por eso aumentaron las necesidades energéticas (el campo cerrará este año con una cosecha récord sin parangones: casi 100 millones de toneladas). Por otra parte, el consumo de gas en los hogares se ha quintuplicado. El Estado, insisten los funcionarios, ha comenzado a realizar importantes inversiones de infraestructura para absorber tamaña demanda, pero sus resultados se verán en el 2008. Y si en estos días crudos, la luz y el gas se han constreñido, subrayan, es porque las empresas extranjeras, entre ellas Repsol, cuyos balances son muy favorables, no han realizado las inversiones necesarias.

Los partidos opositores y varios analistas piensan, en cambio, que el sector fabril no puede pagar todos los costes y que el Gobierno debe aceptar el precio político de incluir en sus medidas de ahorro a la población. Reclaman un aumento de las tarifas del servicio público, congeladas desde la crisis del 2002.

DESALENTAR EL CONSUMO En el 2002, en Brasil, su presidente Fernando Henrique Cardoso tomó severas medidas para desalentar el consumo de los hogares y preservar el consumo industrial. "Kirchner suele decir que ese no es un buen ejemplo: la vida política de Cardoso se terminó poco tiempo después", recordó Joaquín Morales Solá, columnista del diario La Nación.