La profunda crisis política que atraviesa Bélgica, sin Gobierno desde hace más de seis meses, degrada la imagen del país en el exterior, desalienta a los inversores y pone en riesgo su economía y la de la Unión Europea, publica hoy el diario económico "L'Echo". "Bélgica necesita un Gobierno fuerte que envíe un mensaje claro a los inversores sobre la deuda existente", afirma el rotativo, que dedica un especial sobre la situación del país un día antes de la convocatoria mañana en Bruselas de una protesta ciudadana contra la falta de Gobierno a la que se espera que asistan miles de personas. "Los problemas políticos se pagan caros a nivel del coste de la financiación porque aumentan la incertidumbre", explica al diario Roland Gillet, profesor de finanzas en la Universidad parisina de la Sorbona y la Universidad Libre de Bruselas (ULB), quien asegura que una Bélgica única es más atractiva para los inversores. Desde las filas del banco belga KBC, el economista Piet Lammens, recuerda en "L'Echo" que el Gobierno en funciones, liderado por el democristiano Yves Leterme, se ha comprometido a reducir el déficit público hasta un 4%, más allá del 4,1% prometido inicialmente. Lammens reconoce, no obstante, que si se materializa la amenaza de S&P de rebajar la nota a Bélgica los mercados se resentirán y aumentarán los intereses. En paralelo, Bélgica está pendiente de presentar ante Bruselas su presupuesto para 2011 y un adelanto del de 2012, así como su programa de reforma en materia de empleo, investigación, energía e innovación. La ausencia de Gobierno impide además al país avanzar en un sinfín de cuestiones, desde la reforma fiscal y judicial o la revisión del sistema de pensiones hasta aspectos tecnológicos, incidencias médicas o legislación de los juegos de azar. El miedo por la inestabilidad política impacienta también a la ciudadanía, que mañana ha convocado en Bruselas una manifestación, que se espera que sea masiva. En Amberes, al norte de Bélgica, los soberanistas flamencos del N-VA celebran esta noche una recepción en la que está previsto que intervenga el líder de la formación (la más votada en las elecciones del pasado junio), el polémico Bart De Wever, quien podría incendiar los ánimos antes de la manifestación. El senador socialista flamenco Johan Vande Lanotte, que ejerce de mediador en las negociaciones para la formación del Gobierno por encargo de el rey Alberto II, reconoció hoy al diario "De Morgen" que se trata de un fin de semana clave que determinará el curso de las entrevistas que las formaciones políticas del país tienen previstas para el lunes.