En las inmediaciones de Wall Street no es difícil encontrar antiguos brokers que se ofrecen al mejor postor. Algunos, mostrando un enorme espíritu emprendedor, incluso hacen de guías turísticos de una singular "ruta de la crisis". Son víctimas directas del cataclismo que desató hace un año la quiebra de Lehman Brothers, banco de inversión fundado en 1850, que cayó por su exposición a las hipotecas de alto riesgo y a los productos financieros creados a partir de ellas.

Un año después de estallar la peor crisis desde la Gran Depresión de 1929, cuando el presidente de EEUU, Barack Obama, pronuncie hoy un discurso en defensa de reformar el sistema financiero, lo hará con un panorama nuevo. Se atisban síntomas de mejora, pero la crisis ya ha provocado un coste enorme. Desde entonces, se ha cobrado una factura de más de ocho billones de euros, equivalente a casi el 20% del valor de toda la producción mundial, en forma de planes de estímulo económico y pérdidas que comenzaron a incubarse en el 2007, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). Esa cifra supone 8.321 euros por cada hombre, mujer y niño de los países ricos.

La crisis borró de un plumazo más de 100 años de historia de banca de inversión, como la que representaba Lehman y el antes caído Bear Stearns, adquirido, al borde de la quiebra, a precio de ganga en marzo del 2008 por JP Morgan Chase. También hace un año, Goldman Sachs y Morgan Stanley pidieron reconvertirse en bancos comerciales para acogerse al plan de apoyo del Gobierno. Merril Lynch fue adquirido por el Bank of America

El terremoto Lehman paralizó los mercados mundiales de crédito y forzó a las autoridades políticas y monetarias a actuar. Las inyecciones públicas al sector se multiplicaron, lo mismo que las medidas para garantizar los depósitos de los clientes. La crisis se propagó al automóvil, y llegaron las suspensiones de pagos de gigantes como General Motors o Chrysler. Y no digamos la construcción. En España ha sido el sector más afectado y a los concursos de acreedores de Habitat o Fadesa se ha sumado Nozar. El actual baile de fusiones entre cajas también es efecto de la crisis.

Dudas

Y un año después, pese a que el FMI vaticinó una crisis profunda y duradera, organismos como la OCDE empiezan a detectar mejoras. La duda es si la recuperación será rápida o lenta, marcada por la necesidad de reducir el enorme endeudamiento de la larga etapa de bajos tipos de interés. Eso, seguro que también lo estudiarán los líderes del G-20 en Pittsburgh (EEUU) a partir del día 24.