Compromiso coordinado para sostener a los bancos europeos, como quería Francia, pero cada país actuará con sus propios medios, como exigía Alemania. Este es el principal acuerdo adoptado ayer por la minicumbre de los cuatro países europeos miembros del G-8 que son, a su vez, los cuatro grandes de la Unión Europea (UE). Los presentes acordaron asimismo solicitar la reunión, lo antes posible, de un G-8 (los estados más ricos) ampliado a los países emergentes para refundar el sistema financiero internacional.

Después de tres horas, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y los primeros ministros de Alemania, Angela Merkel; Gran Bretaña, Gordon Brown, e Italia, Silvio Berlusconi, comparecieron acompañados por sus invitados especiales: los presidentes de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso; del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, y del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet.

LOS ACUERDOS Sarkozy presentó los cinco acuerdos adoptados que, además del compromiso de que cada país sostenga su sistema bancario de forma coordinada con los demás, se concretan así: los dirigentes de un banco serán sancionados y los accionistas pagarán el coste de la intervención en caso de que un Estado se vea obligado a sostener una entidad con dinero público; la CE será flexible en la aplicación de las reglas en las ayudas del Estado a las empresas, "dado el carácter excepcional de las circunstancias económicas y financieras"; el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE "deberá reflejar las circunstancias excepcionales" del momento y los dirigentes reunidos piden la modificación de las reglas contables relativas a la clasificación de los activos en los balances bancarios "para situar a los bancos europeos en la misma línea de sus competidores internacionales".

El mensaje de la minicumbre, como resumió Juncker, fue que "la liquidez está asegurada para restablecer la confianza". Durao Barroso aseguró que la CE trabajará para aprobar antes de fin de año normas de coordinación de las garantías de los depósitos bancarios, que ahora son distintas en cada país. En cuanto al otro objetivo de la minicumbre, la preparación de la reunión del G-8 ampliado, Sarkozy señaló que se trata de conseguir que todos los actores del sistema financiero sean supervisados y de revisar las remuneraciones de los ejecutivos para que no se prime al que más arriesga. "Queremos un capitalismo de los emprendedores y no de los especuladores", resumió el presidente francés.