Un sistema financiero necesitado de urgente revisión. Miles de millones en dinero público para evitar la quiebra de bancos. Industrias seminacionalizadas. Planes de relanzamiento económico que no logran frenar el paro, ni despertar el crédito. La cumbre del G-20 de mañana en Londres no se celebra en un momento cualquiera. Y, pese a los llamamientos a la unidad, ni siquiera con mucha harmonía.

Todos los países se han visto afectados por una crisis global sin precedentes y la opinión pública mundial pide a los mandatarios una respuesta a los problemas. "Lo más importante es lanzar un mensaje contundente de unidad frente a la crisis", destacó el presidente americano Barack Obama, que anoche llegó a Londres. Pero entre los líderes políticos hay importantes discrepancias. El llamado bloque anglosajón, formado por EEUU y el Reino Unido, apuesta por relanzar la economía incrementando el gasto público. La Europa continental, con Alemania y Francia en cabeza, discrepa de esa solución y exige en cambio una regulación mucho más fuerte del sistema financiero mundial.

Los franceses y el resto de los europeos sospechan que la táctica anglosajona busca conservar la primacía de sus respectivas plazas financieras (Wall Street y la City), que se verían quizás amenazadas con una regulación más estricta.

SECRETO BANCARIO En otro punto importante de la agenda del encuentro, el que insiste en la necesidad de controlar los llamados paraísos fiscales y la transparencia del sistema financiero, parece haber un mayor acuerdo. La reunión del G-20 debería presentar la lista negra de países que se niegan a levantar el secreto bancario. Austria, Bélgica y Luxemburgo, dentro de la Unión Europea (UE), así como Suiza y Liechtenstein, han tomado medidas recientemente para levantarlo parcialmente. Mónaco, que figura desde el año 2002 en la lista negra, al igual que Andorra, han anunciado su intención de tener listo para finales de este año un acuerdo antifraude con los países de la Unión Europea (UE) y otros acuerdos bilaterales con países como Brasil, EEUU, China y la India.

De la cumbre saldrá también un compromiso contra la tentación del proteccionismo.