El Gobierno irlandés ha decidido paliar los estragos de la crisis entre los ciudadanos más necesitados dándoles queso. Desde esta semana, las autoridades han comenzado a distribuir en ayuntamientos y centros comunales 53 toneladas de cheddar fresco, financiado por la Unión Europea. "Es una manera importante de contribuir al bienestar de los ciudadanos más necesitados", ha declarado el ministro de Agricultura, Brendan Smith, promotor de una idea que ha provocado furor y muchos chistes.

Los irlandeses ya sospechaban que se las estaban dando con queso. Cuando hoy lleguen a Dublín los miembros de la comisión técnica internacional podrán comprobar in situ que hace falta algo más que cheddar para sacar el país a flote.

En Irlanda, las pequeñas empresas se ahogan y las familias no saben cómo afrontar las deudas. "Monté una empresa de suelos de madera con mi cuñado hace 15 años y llegamos a ganar bastante dinero --comenta Sean, mientras rellena papeles en la oficina de empleo--. Hace dos años el negocio se vino abajo con el derrumbe inmobiliario y tenemos 37.000 euros de deudas". Teme que le embarguen la casa donde vive con su mujer y sus dos hijos. Según él, el Gobierno no podrá seguir resistiéndose a recibir ayuda exterior, una impresión cada vez más extendida.

A los mayores, sobre todo, les cuestda pasar por esa humillación nacional, que supondrá dependencia y pérdida de soberanía. Los jóvenes parecen más prácticos. "Necesitamos el dinero, y nos lo están ofreciendo. Si no lo aceptamos va a ser peor", afirma un estudiante de Sociología del Trinity College. Algunas voces en la prensa irlandesa acusan al primer ministro, Brian Cowen, de haberse atrincherado en un búnker.