El déficit comercial se confirma como el actual talón de Aquiles de la economía española. En el primer semestre del año, la diferencia entre importaciones y exportaciones se elevó hasta los 36.273,1 millones de euros, el 36% más que en el 2004, como consecuencia del fuerte aumento de las compras al exterior, del 12,4%, frente a una subida de sólo el 3,8% de las ventas.

Los datos sobre comercio exterior que ayer difundió el Ministerio de Industria señalan al encarecimiento del petróleo --en un 60% desde primeros de año-- como principal responsable de la situación. La factura energética ha engordado en 3.762,5 millones de euros este semestre.

Las importaciones de productos energéticos han crecido el 36,2%, aunque su consumo sólo ha subido el 6,6%. En particular, la factura de petróleo y derivados crece el 31,7%, hasta 10.675,4 millones. La del gas sube el 58,3% y la de carbón y electricidad, el 38,5%.

De los 9.607 millones de euros de empeoramiento del déficit comercial en el primer semestre, casi la mitad (el 45%) está relacionado con la factura energética, pero otra parte muy importante (el 36,4%) tiene que ver con las compras de bienes de equipo (maquinaria para la industria, material de transporte, motores...). Este aspecto constituye el lado bueno del déficit comercial, quizás el único, pues la compra de bienes de equipo implica pujanza de la inversión, como motor de crecimiento y empleo.

Los datos, además, evidencian, el deterioro del sector del automovil, así como el auge imparable de las manufacturas chinas.

PUJANZA CHINA La industria del automóvil, que ha dejado de ser el primer sector exportador, registra una caída del 3,8% en ventas al exterior. La exportación de autos y motos ha caído el 7,8%, si bien las de componentes han subido el 4,8%. Frente a estos datos, la importación de coches y motos crece el 16%.

Las importaciones procedentes de China, quinto proveedor mundial de España, experimentan un fuerte aumento del 35,7%. La pujanza de las importaciones chinas conecta con los datos que apuntan el fuerte aumento de las compras al exterior de confección (13,6%), calzado (15,6%), juguetes (19%) y otras manufacturas de consumo (el 22%), al tiempo que las ventas de España de estos mismos productos se estancan o caen.