La tasa de inflación prosiguió en febrero su descenso y se situó en el 0,7%, una décima menos que en enero y el nivel más bajo de los últimos cuarenta años, según el indicador anticipado que ayer publicó el Instituto Nacional de Estadística (INE). Tan inusualmente bajo nivel de inflación es un arma de doble filo. Por una parte, permite que no se erosione el poder de compra de las familias, al tiempo que favorece el recorte de los tipos de interés y el abaratamiento de las hipotecas. Por otra parte, tan bajo nivel de inflación está complicando la negociación de los salarios para el 2009.

En vista de que la inflación acabó en el 1,4% en el 2008 y de que este año, según las previsiones, puede llegar a diciembre con una tasa similar, las organizaciones empresariales están presionando para pactar aumentos salariales muy por debajo del 2% que, en los últimos años, había servido como punto de partida para la negociación porque es el objetivo de inflación que fija el Banco Central Europeo. La CEOE tiene la idea de congelar los sueldos y algunas organizaciones sectoriales plantean fórmulas para restar a los empleados parte de la ganancia del 2008.

ENFADO DE LA CENTRALES Los sindicatos echan chispas y no están dispuestos a aceptar recortes ahora que hay crisis porque, argumentan, ya aceptaron contener los salarios cuando había bonanza económica. En un desayuno informativo organizado por Nueva Economía, el secretario de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, solo aceptó congelación salarial a cambio de mantener empleos en determinadas empresas con dificultades; no de forma generalizada.

De cara a la negociación del Acuerdo Interconfederal de Negociación Colectiva (AINC), que fija las recomendaciones para los convenios, Toxo aseguró que "no vamos a asumir una recomendación de incrementos salariales por debajo del 2%".

El líder de CCOO afirmó que si la CEOE abandona su postura de máximos, "la semana que viene firmaremos el acuerdo de negociación colectiva". CCOO --dijo-- apuesta por renovar el AINC del 2008, con una comisión de seguimiento que pueda mejorar y ampliar los contenidos del convenio. El líder sindical añadió que "sé que las empresas comparten conmigo que el problema no son los salarios, que los problemas están en otro lugar y podemos trabajar para lograrlo".

Precisamente ayer, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aprovechó una comida protocolaria con los líderes empresariales para engrasar las negociaciones. El jefe del Ejecutivo buscó el respaldo patronal para la batería de medidas urgentes de empleo que quiere aprobar en el Consejo de Ministros del viernes y, a la vez, intentó que los empresarios aparquen algunas pretensiones imposibles de aceptar como el abaratamiento del despido o la congelación salarial.

Los resultados de la intermediación de Zapatero se comprobarán el lunes en la reunión de seguimiento del diálogo social. UGT y el Gobierno están dispuestos a cerrar un acuerdo sobre medidas del Ejecutivo entre las que se encuentran la mejora de la protección social o la reforma de los ERE. El Gobierno quiere crear un contrato cuya bonificación sea igual al tiempo de paro que le queda al trabajador. Las pegas no las ponen solo los empresarios. Toxo, advirtió ayer que no le gustan muchas de las propuestas y las calificó de "precipitadas".