Todo parece indicar que mientras la deuda pública dé malas noticias, la bolsa española va a ser el patito feo de los mercados europeos. Así, al menos, ha sido en las últimas semanas, en las que el selectivo español en general ha caído más que el resto en las jornadas malas, y ha subido menos que ninguno en las buenas. Ayer fue un buen ejemplo de ello. El Ibex 35 apenas pudo ascender el 0,09%, hasta los 9.276,2 puntos.

Un alza ridícula que se produjo el mismo día en que el indicador francés subió el 1,59%, el alemán se apuntó un 1,23% de ascenso, y el británico repuntó el 1,16%. La jornada, festiva en Madrid por el Corpus Christi, comenzó bien, con el Ibex 35 subiendo más del 2%. Pero el nuevo máximo del diferencial entre la rentabilidad de la deuda española y la alemana lastró el ánimo del mercado.

La buena senda también se cortó por la recogida de beneficios que se produjo en la apertura de Wall Street. Los datos del paro estadounidense que se dieron a conocer fueron positivos, pero los pedidos industriales crecieron menos de lo esperado, y los inversores decidieron vender y provocaron la corrección de la bolsa española.

Los bancos, una vez más, fueron los protagonistas negativos de la jornada. Todos cerraron en pérdidas, encabezados por el Sabadell (1,03% de caída), seguido por Banesto (0,93%), el Popular (0,54%), Santander (0,46%), BBVA (0,37%) y Bankinter (0,33%). Las empresas industriales y energéticas fueron las más destacadas entre las que subieron. El mayor alza fue para Técnicas Reunidas (2,59%), por delante de Grifols (1,08%), Repsol (1,12%), Iberia (1,08%) y Endesa (1,02%). El euro, por su parte, continúa sin recuperar posiciones ante el dólar y se cambió a 1,2187.

En el mercado continuo destacó la caída de los derechos de Aisa, el 42,5%, mientras que, después de Telecinco, la mayor subida recayó en Elecnor, con un alza del 4,58%. La rentabilidad de la deuda española a largo plazo subió 10 centésimas, hasta el 4,41%.