Ni siquiera en la Casa Blanca esperaban que el último dato del paro correspondiente a noviembre fuera el que al final anunció ayer el Departamento de Trabajo. El índice de desempleo en EEUU bajó dos décimas el mes pasado, hasta situarse en el 10%, y aunque todavía se mantiene en dos dígitos y nadie en la Administración de Barack Obama se atreve a cantar victoria, se trata de la primera vez que desciende desde que comenzó la recesión, hace ahora dos años.

Que el ritmo de destrucción de empleo de la mayor economía del planeta se ha frenado quedó patente ayer, tras conocerse que en noviembre pasado se perdieron solo 11.000 puestos de trabajo. Eso deja la tasa de paro en el 10%, cuando los mercados y los analistas esperaban que otras 100.000 personas se sumaran a las listas del desempleo y que la tasa se mantuviera en el 10,2% registrada en octubre. "Hay una moderación sustancial en la pérdida de empleos", interpretó la secretaria de Trabajo, Hilda Solís, quien recordó que en enero se perdieron más de 740.000 puestos de trabajo.

"MUCHO POR HACER" Desde una pequeña localidad de Pensilvania, el presidente Barack Obama aseguró que había recibido como agua de mayo los datos del Departamento de Trabajo, aunque no era el momento para las celebraciones. "Es una buena noticia. Pero las buenas tendencias no sirven para pagar el alquiler. Queda mucho por hacer", dijo. El presidente valoró que las cifras de noviembre representan una "señal de bienvenida" que anuncia que mejores tiempos están por llegar. Es la misma idea que expresaron ayer muchos expertos. "Estos números son demasiado buenos para ser ciertos", afirmaba ayer un analista a la cadena de tele CNBC.

Pero a pesar de las buenas noticias, la realidad es que, a día de hoy, en EEUU ya hay 5,9 millones de personas que llevan sin empleo más de seis meses. Eso supone algo más del 38% del número total de desempleados. El dato llegaba 24 horas después de que Obama hubiera celebrado el jueves en la Casa Blanca una cumbre sobre empleo con legisladores, empresarios y expertos financieros.

Para el próximo martes se espera que el presidente ofrezca los detalles de su plan para crear más puestos de trabajo, aunque ayer su portavoz, Robert Gibbs, ya adelantó que estará basado en nuevos estímulos económicos, para lo cual requerirá de la aprobación del Congreso.