¿Quién no ha tratado de superar un desengaño sentimental o un mal día en el trabajo yéndose de compras? En la bolsa, sin embargo, una adquisición mal pensada o mal entendida puede provocar el efecto contrario y hundir aún más a las empresas. La jornada de ayer estuvo a punto de convertirse en un buen ejemplo de ello, pero acabó siendo justo lo contrario. Cosas de los inversores. El BBVA y Telefónica fueron los protagonistas indiscutibles. Su pujanza logró sacar al Ibex 35 de la depresión bajista y vendedora de las últimas sesiones. El banco de origen vasco anunció la compra de un 24,9% del segundo banco turco por 4.195 millones y una ampliación de capital de 5.059 millones para financiar esta y futuras compras. La primera noticia gusta, porque aumenta la diversificación geográfica del grupo y diluye el peso de la hoy malquerida por los mercados España. Pero la segunda no, porque en principio diluye el valor de la acción.

El valor, así, cayó a plomo por la mañana, más del 3%. Hasta que la cúpula del banco comenzó a dar explicaciones y demostró, una vez más, lo importante que es comunicarse. El dividendo por acción, anunció, se mantendrá en un mínimo de 0,42 euros por título. Con eso claro, volvieron las compras, y el valor cerró con un alza del 1,13%. También sentó bien que el banco descartase vender su participación en Telefónica, pese a que la operación le generaría entre 42 y 60 puntos básicos de capital y que le aportaría 1.300 millones de capital. Un mensaje de estabilidad que permitió a la operadora subir el 1,45%.

Las operaciones corporativas, qué bien sientan, si están bien hechas. Iberdrola, de hecho, subió el 1,48% después de anunciar que ha superado el 16% de Gamesa. Y el Santander subió el 0,61%, empujado por el efecto arrastre del BBVA.

Eso sí, el alza del Ibex 35 --el 1,06%, hasta los 10,762,1 puntos, más que la media europea (0,75%)-- no debe llevar a engaños. Tiene mucho de coyuntural, por los movimientos empresariales y por la buena apertura de Wall Street, animada por los sondeos que apuntaban que los republicanos iban a ganar las legislativas de EEUU y van a frenar la agenda de reformas de Obama. Lo decisivo sigue siendo la reunión de la Reserva Federal, que concluirá hoy con la solución del gran misterio: el alcance de las nuevas medidas de apoyo a la economía. Mientras tanto, la prima de riesgo de la deuda española volvió a subir ayer con fuerza, ante los rumores sobre Irlanda. Que no sea nada...